Llega la Navidad, tiempo en que nos olvidamos de todo y cometemos excesos, especialmente con esos dulce característicos de la época.
Dos expertas en el área explican las precauciones y los cuidados que hay que tener con la salud bucal para en enero no estar sufriendo las consecuencias de los excesos.
Las doctoras Vicell Eusebio, estomatóloga y Ángela Sandova, odontológa, explican las consecuencias de consumir estos dulces que vienen minados de azúcares y conservantes, los mayores responsables de afectar la dentadura tanto de niños como de adultos.
“Una de la enfermedades más comunes es la carie dental, enfermedad multifactorial que se caracteriza por la destrucción de los tejidos de dientes como consecuencia de la desmineralización, provocada por los ácidos que genera la placa bacteriana, además del cúmulo de los restos de alimentos que quedan expuestos y la ingesta de azúcares, ya sea en bebidas o alimentos”, señala Eusebio, quien labora en el Odontodom.
Explica que a la hora de comer lo que se recomienda es prudencia, ya que un consumo excesivo hace daño, y los daños vienen acompañados de diferente factores que afectan la salud bucal.
Indica que además de los dulces, los alimentos y bebidas con alto contenido ácido también pueden perjudicar y hacer propensos a desmineralización dental, produciendo también alteraciones, no solo en el tejido dentario, sino también a los tejidos adyacentes.
De su lado Sandoval, especialista del Centro Odontologico Identist, indica que para prevenir esos daños lo principal es una buena higiene dental, visitar al odontólogo por lo menos cada seis meses, hacerse su limpieza dental y evaluación de rutina para prevenir cualquier daño futuro y tener un balance adecuado en la dieta diaria.
Coincide con la doctora Eusebio y recomienda el consumo moderado de dulces, alimentos o bebidas ácidas y con colorantes.
Además dice que hay que tener cuidado al comer dulces blandos, esos que se quedan adheridos a los dientes, ya que son especialmente perjudiciales para la salud dental, porque sus sus restos permanecen más tiempo en los dientes y son más difíciles de desprender, incluso con el cepillado.
“Las golosinas pegajosas y los dulces blandos crean muchos problemas de inflamación de encías en los niños y adultos que llevan aparatos de ortodoncia”, recalca.
Continúa explicando que los dulces más duros pueden fracturar los dientes, así como destrozar los empastes.
“Las bacterias productoras de caries se nutren especialmente de los alimentos ricos en azúcares”.
Comentarios