En Rusia un hombre identificado como Mikhail Elinksy, de 42 años de edad, apareció por las calles de Astracán, al suroeste de Rusia, sosteniendo la cabeza de una bebé de 18 meses.
Cuando la policía local intentó detenerlo, el hombre les amenazó con un cuchillo. Los agentes le dispararon en la cabeza y lo trasladaron a un centro médico, donde murió un poco después.
El asesino había sido liberado de un hospital psiquiátrico de alta seguridad en el que se encontraba encerrado bajo tratamiento por esquizofrenia paranoide.
Un mes después de encontrarse junto a la familia en casa, Elinksy se disponía a dar un paseo con su sobrina Tatiana y el bebé de ésta.
“Íbamos a salir, mi hija estaba en su triciclo. De repente la cogió, se la llevó a la cocina, cerró la puerta y empezó a cortarla”, explicó la madre.
“Intenté pararlo, pero fui a la cocina y me acuchilló en el estómago”, dijo.
Tatiana, quien sobrevivió al ataque, pidió a las autoridades que no liberaran a su tío porque temía por la seguridad de ella y de sus vecinos.
Seis años atrás, Mikhail acuchilló a una mujer en la misma ciudad provocándole la muerte. Pero el juez lo envío a un hospital psiquiátrico luego de que los médicos le diagnosticaron esquizofrenia paranoide.
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