Sin reponerse del revés que significó la revocación del decreto que prohibía el ingreso a Estados Unidos de nacionales de países de mayoría musulmana, el presidente Donald Trump ha ordenado redadas masivas para apresar y deportar a miles de extranjeros indocumentados.
Trump afirma que ese operativo, que se inició en seis estados, incluido Nueva York, constituye un tipo de “represión contra clandestinos criminales” y la aplicación de una de sus promesas de campaña, por lo que se presume que se extenderá por toda la Unión Americana.
Las autoridades insistieron en señalar que esas redadas son rutinarias, pero el propio Trump dijo que es el inicio de un programa para expulsar a indocumentados, especialmente “a traficantes de drogas”, una medida que se aplicó cabalmente durante la administración de Obama.
Se estima que unos 300 mil dominicanos residen en Estados Unidos sin documentos legales, por lo que se presume que muchos serán detenidos y deportados, más aun si el mandatario estadounidense aspira a repatriar millones de indocumentados.
Unos tres mil dominicanos son repatriados cada año, la mayoría después de cumplir condenas por crímenes o delitos, pero esta vez serían deportados todos los indocumentados apresados en redadas realizadas en cualquier lugar, de día o de noche, por lo que esa cantidad sería mucho mayor.
El presidente Trump ha reiterado el propósito de deportar entre dos a tres millones de inmigrantes, la mayoría mexicanos, por lo que resulta difícil creer que tanta gente estaría involucrada en narcotráfico o cualquier otra actividad criminal, aunque se reconoce el derecho de Estados Unidos a repatriar a inmigrantes indocumentados.
La embajada y los consulados dominicanos están compelidos a proteger derechos de compatriotas que resulten vulnerados a causa de redadas indiscriminadas contra extranjeros que afectarían a la familia y al derecho de propiedad, entre otras prerrogativas protegidas por las leyes estadounidenses.
No se exagera si se advierte que el número de dominicanos repatriados desde Estados Unidos sería muy significativo y que la comunidad dominicana en ese país estaría sometida a un prolongado estrés a causa de políticas migratorias altamente contaminadas por la discriminación.
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