El Big Papi sembró respeto, solidaridad, amor, amigos, amor al prójimo, nunca orgullodo, fama y fortuna.
David Ortiz recibió una cálida y emotiva despedida en su último partido de serie regular en el Fenway Park, de los Medias Rojas de Boston, que lo consagra como un líder deportivo y ejemplo para la juventud, por su extraordinaria carrera como beisbolista y su acendrada vocación de servicio.
Puede decirse que el estado de Massachusetts se rindió ante el Big Papi, con una singular expresión de cariño y gratitud que se extendió por toda la Unión Americana.
Ortiz, quien había adelantado su decisión de retirarse del béisbol, tras cumplir 40 años de edad, concluyó su carrera con diez temporadas con cien o más carreras impulsadas, 541 cuadrangulares, tres campeonatos mundiales y seis veces ganador del Bate de Plata, entre otros lauros.
El toletero dominicano ha sido, es y será un gran embajador de República Dominicana y motivo de orgullo para el gentilicio nacional, razón por la cual, los dominicanos se unen también al merecido homenaje al Big Papi.
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