El Arzobispado de la ciudad de Santiago abogó porque las elecciones de los bufetes directivos de las alcaldías del país se realicen el próximo martes sin inconvenientes, para evitar la repetición de la tragedia ocurrida el 16 de agosto del 2005 en el Ayuntamiento de Piedra Blanca, provincia Monseñor Nouel, donde murieron a tiros cuatro personas.
La petición será publicada en la edición del próximo domingo del semanario Camino, donde refiere que el ejercicio de selección de esas autoridades municipales debería pasar como un acontecimiento importante en la vida democrática del pueblo dominicano, pero que en estos momentos crea tensión y sobresaltos.
En su editorial titulado “Que reine la paz”, Camino resalta lo acontecido hace 11 años en la mencionada comunidad, lo que atribuye al ansia de poder y la prostitución del quehacer político, que estima generan caos y violencia. Camino opina que dichas escogencias, a realizarse en 158 municipios y 234 distritos municipales que debería pasar como un acontecimiento importante en la vida democrática del pueblo dominicano.
Sostiene que la presidencia y control de los ayuntamientos “se han convertido en una fruta muy apetecida, por la cual se pone en juego hasta la vida, creando pánico y terror en los palacios municipales”.
Considera que las salas capitulares deberían ser espacios para el diálogo y el debate de ideas que conduzcan hacia el respeto, la decencia y la búsqueda del bien común.
En tal sentido, el semanario Camino espera que la elección de los bufetes directivos de cada alcaldía transcurra de forma ordenada y civilizada.
Pidió que la prudencia esté en cada palabra de los que intervendrán en el traspaso de mando en los cabildos el próximo martes, recordando que ese día cada organización política tiene la gran oportunidad de hacer la diferencia mostrando un comportamiento adecuado y disciplinado, devolviéndole al poder municipal la solemnidad que ha ido perdiendo con los años. “Nuestro pueblo exige y merece un comportamiento ejemplar de cada alcalde y regidores electos.
por RICARDO RODRIGUEZ ROSA
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