El Ejército ha comprobado, mediante vigilancia aérea, la gravedad de la explotación boscosa en zonas cercanas a la frontera. En dos semanas, patrullas militares han decomisado más de mil sacos de carbón, fruto de esa depredación forestal. Estas comprobaciones oficiales contradicen declaraciones, también oficiales por cierto, que pretenden presentar estos desmontes como parte de un plan de manejo forestal. También quedan en entredicho los alegados controles sobre la extracción de materiales de los ríos.
Hay que tomar medidas drásticas para proteger la foresta y las cuencas hidrográficas. No podemos seguir bajo el engaño de que los bosques aumentan cuando en realidad sucumben ante la tala indiscriminada para producir carbón. A diferencia de lo comprobado por el Ejército, nada demuestra que esa explotación corresponde a un plan de manejo forestal, y no son creíbles las afirmaciones sobre control de la explotación de los cauces de los ríos.
Bajo el actual régimen de explotación irracional, lo que procedería es imponer control y protección militar sobre los recursos forestales. Nuestra condición de país que está entre los más vulnerables ante los cambios climáticos por el calentamiento global, nos obliga a ser más enérgicos y persistentes en la protección del medio ambiente que nos garantiza la existencia.
Comentarios