Las elecciones del próximo 15 de mayo serían recordadas como las de mayor transfuguismo en la historia de la militancia y dirigencia de los partidos y la más costosa, por los cuantiosos recursos que hay que destinar para alimentar un elevado nivel de clientelismo si se aspira a tener posibilidad de ganar un puesto electivo. Analistas ven con preocupación que a 38 días de las elecciones, todavía dirigentes y militantes de todos los partidos estén cambiando de chaqueta.
Las ideas y programas para servir a la comunidad han sido cambiadas por las ventajas económicas que se da a la dirigencia y militancia.
Esa situación tiende a que la población pierda la confianza en el sistema de partidos y el temor de que pueda surgir un candidato de extrema derecha o izquierda que aglutine el descontento popular.
Después de la muerte de los tres grandes líderes dominicanos de los últimos 50 años, el profesor Juan Bosch, el doctor Joaquín Balaguer y el doctor José Francisco Peña Gómez, la política ha tomado un rumbo mercantilista. Las escuelas de formación de los partidos han desaparecido o sólo son entelequias que mantienen el nombre de departamentos en su organigrama, pero no realizan ninguna función.
Violación
La ley de financiamiento de los partidos establece que alrededor de un 40 por ciento de esos recursos se destinará a la educación y formación de sus miembros. Ese mandato es violado por los partidos que se asignan sueldos jugosos para su directiva y para promover a los principales allegados a las cúpulas.
Definición candidatos
La Junta Central Electoral (JCE) anunció que la próxima semana empezará la confección de la boleta a los cargos electivos y todavía hay impugnaciones pendientes de fallo por el Tribunal Superior Electoral (TSE), elevadas por militantes de los partidos, porque se les excluyó o se desconoció su triunfo. La impresión de la boleta con los candidatos presidenciales inicia este jueves.
Algunos de esos fallos han ocasionado la reestructuración de la boleta a nivel municipal, porque en una alianza determinado partido otorgó a otro un cargo que fue ganado en unas primarias por uno de sus militantes.
Clientelismo
La política se ha convertido en un modus vivendi para ciudadanos con algún nivel de aceptación en una determinada comunidad. El que aspire a un puesto electivo y quiera el apoyo de ese personaje tiene que asignarle una mensualidad de varios miles de pesos para él y las personas que siguen.
En una provincia, por ejemplo, nunca hay menos de seis o siete dirigentes que mantener con una asignación fija para los “gastos operativos” de los candidatos.
En la demarcación más pequeña, un aspirante a diputado tiene que invertir unos cinco millones de pesos para lograr una nominación. Esa misma cantidad tiene que destinar posteriormente para competir como candidato con cierta posibilidad de ser electo.
Imposibilidad
Esa situación ha provocado que ciudadanos con vocación de servicio y brillante hoja profesional se alejen de la política, por carecer de recursos económicos.
Narcos
Esa situación es caldo de cultivo para que personas sin escrúpulos, pero con una buena posición económica obtenida de forma ilícita, busquen impunidad mediante un puesto electivo. Cuando no pueden patrocinan algún peón.
Esto ocurre, porque no hay una ley de partidos que obligue a explicar el origen de los fondos de campaña. Recientemente, la Unidad Anti Lavados de la Procuraduría General de la República declaró que investigaba a unos 20 candidatos que podrían estar ligados en actividades ilícitas.
Se le enrostró a ese organismo judicial la tardanza en pretender hacer un señalamiento, cuando los partidos habían ya escogido sus candidatos.
División PRD
La división del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que originó el nacimiento del Partido Revolucionario Moderno (PRM), contribuyó a incrementar el transfuguismo en esta coyuntura electoral.
Se gasta más del doble
La Ley de Financiamiento de los Partidos otorgó este año poco más de 400 millones de pesos a cada uno de los partidos mayoritarios.
Esa cantidad fue gastada en publicidad durante el mes de febrero por el PLD, de acuerdo a entidades que monitorean la publicidad en los medios. Si se promedia esa misma cifra para los tres meses siguientes, esa organización habría gastado mil 600 millones en cuatro meses.
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