La falta de energía por parte de las autoridades en la aplicación de las leyes de tránsito y de las medidas que regulan el uso de las vías públicas, no solo provocan entaponamientos mayúsculos si no que también pone en riesgo la vida de los peatones, quienes tiene que caminar diariamente de un lado para otro por calles en las que las infracciones de tránsito son cada vez más agresivas.
Los transeúntes se ven obligados a usar las calles porque en las aceras se parquean los vehículos, por lo general de alguna empresa cercana o de un taller que funciona ahí, en la acera.
Los agujeros en lugares donde se supone deben caminar las personas, constituyen también un tema de peligro para los viandantes, el cual puede empeorar si la persona tiene alguna limitación. La rapidez con que desplazan los conductores por las vías dificulta de igual manera la vida de quienes andan a pie, ya que el simple hecho de cruzar de un lado a otro es todo un desafío.
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