El pollo no es lo único que ha subido de precio en estos días. También el plátano y muchos otros productos cuya carestía dificulta la cena de Nochebuena de los sectores más necesitados. Con la libra desde 60 hasta 70 pesos, además de escaso, el pollo se ha convertido en un artículo de lujo.
La carestía es difícil de entender, sobre todo después que los avicultores y el Ministerio de Agricultura habían garantizado no solo su abastecimiento, sino que el precio al consumidor no excedería de entre los 45 y los 48 pesos las 16 onzas.
Se dice que el precio en granja es de 31.5 la libra y para el mercado general de 47. Pero no es así como se cotiza. Las reglas, que no la ponen las autoridades, se pierden en la imbricada cadena que va desde el productor hasta los comercializadores.
El Instituto de Protección al Consumidor (Pro Consumidor), que estrena nueva directora, no consiguió que la población acatara su llamado de no pagar más de 48 pesos por libra.
Como es habitual los productores alegan que venden barato el popular alimento y los distribuidores dicen que lo compran caro. En ese proceso, las autoridades reconfirman que carecen de medios eficaces más allá de los mediáticos operativos populares o de amenazas con importaciones masivas para enfrentar la escasez y la carestía tanto del pollo como de algún otro artículo.
Comentarios