El papa Francisco arribó el pasado sabado a La Habana en una histórica visita que ayudará a acelerar el proceso de recomposición o adecuación política en Cuba y a consolidar el puente de entendimiento que se ha tendido entre la isla y Estados Unidos.
Francisco llega a la tierra de José Martí y Máximo Gómez con su portafolio moral repleto de mensajes que claman por justicia y respeto a la dignidad humana, como condición para alcanzar una anhelada paz, cuya bandera también enhestará en Nueva York, donde llegará este martes.
El gobierno del presidente Raúl Castro ha comprendido la trascendencia de esta visita papal que se asemeja a la anterior emprendida por el fenecido Juan Pablo Segundo, quien clamó a Cuba abrirse al mundo y el mundo a Cuba.
Se sabe que el Vaticano ha participado activamente en la brega diplomática para que La Habana y Washington finalmente desbloquearan barreras de incomprensión para reanudar relaciones diplomáticas interrumpidas hace más de medio siglo.
El pueblo cubano festeja desde ayer la presencia de un pontífice valiente que no ha vacilado en fungir de cirineo para ayudar a cargar la pesada cruz que acarrea a causa de un despiadado bloqueo económico y por errores atribuidos a sus gobernantes.
De tal influencia y consecuencia es la presencia de Francisco en la isla caribeña, que en la víspera, el presidente Barack Obama emitió un decreto ejecutivo que amplía las facilidades a los estadounidenses para visitar a Cuba, enviar remesas y realizar inversiones.
Antes de emprender viaje desde Roma a La Habana, el papa Bergoglio dirigió un mensaje al pueblo cubano: “Jesús lo quiere muchísimo, nunca lo abandona. Voy a visitarlos como misionero de la misericordia de Dios”. La verdad es que esa visita es como agua bendita sobre la frente de todos los hijos de Cuba.
Esa histórica visita del papa Francisco a La Habana y Nueva York es motivo de regocijo también para los dominicanos, quienes en la tierra desde donde partió la evangelización del Nuevo Mundo, ruegan a la Virgen de la Altagracia que interceda ante el Creador por Cuba y por todos los pueblos del mundo.
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