La salida de Fernández tras la nominación complica los intentos reeleccionistas
Sin lugar a dudas, la decisión del expresidente Leonel Fernández de salir al ruedo político en momentos en que ya nadie duda que está detrás de su cuarta nominación a la Presidencia de la República en la boleta del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), complica más cualquier intento de viabilizar una eventual reelección del presidente Danilo Medina.
La cuestión radica en que ya la materialización de la repostulación no depende solamente del deseo del Jefe del Estado y de los funcionarios y dirigentes peledeístas reeleccionistas, sino, fundamentalmente, de cómo se cuadren los números para que den en el Senado de la República, la Cámara de Diputados o en la Asamblea Nacional, y de cuáles escenarios se utilicen en la actual coyuntura.
Otra variable importante la constituye el tiempo que pasa de manera inexorable, mientras el PLD ve acercarse la fecha en la que tradicionalmente ha seleccionado su candidato a la Presidencia de la República: el mes de junio del año anterior a la celebración de las elecciones.
El tiempo vale oro para el sector reeleccionista, que tiene los puestos claves en el Gobierno y que comienza a experimentar la cuenta regresiva del mandato constitucional 2012-2016, por lo que apuesta a la ejecución de las estrategias más seguras, a fin de seguir “subido en el palo”.
Complejidad
Se trata de un panorama complejo en el cual el PLD y, particularmente los aspirantes a la nominación presidencial de la organización, tendrán que cotejar escenarios, números y el tiempo.
En el caso de los reeleccionistas, la variable que más les conviene es la del escenario del Comité Político, en vista de que en los otros escenarios los números no parecen beneficiarles y el tiempo resulta ser un verdugo para sus propósitos.
Conforme a los Estatutos del peledeísmo, el Comité Político, integrado por 35 miembros, tiene entre sus atribuciones dirigir la política congresual de la organización, por lo que si discute y aprueba la reelección se convertiría en un mandato para los senadores y diputados que representan la mayoría en el Congreso Nacional. Sin embargo, existe el problema de que difícilmente discuta el tema porque la Constitución de la República Dominicana prohíbe la reelección.
La correlación de las fuerzas que gravitan internamente en el Congreso Nacional no favorece a los aires reeleccionistas. La matrícula de la Cámara de Diputados es de 190 y la del Senado de 32 miembros, por lo que para pasar la reforma constitucional para reintroducir la reelección presidencial requerirían 148 votos en caso de que todos los legisladores asistan a la reunión de la Asamblea Nacional.
Veamos algunos números: el PLD cuenta con 99 diputados, de los cuales se atribuyen a Leonel Fernández 56: Danilo Medina, 34; Radhamés Segura, 2; y uno per cápita a Temístocles Montás, Francisco Javier García y Reinaldo Pared Pérez. Los restantes cuatro no han mostrado simpatías públicas.
Luego de la salida al ruedo político de Fernández y de mantenerse viva la idea de la reelección, se estima que la correlación es de 17 senadores para el primero y 9 del segundo, con 6 indecisos en la actual conyuntura.
En ese escenario Leonel Fernández cuenta con 73 legisladores a su lado y que se han pronunciado en contra de una reforma constitucional para restablecer la reelección consecutiva. A eso se le suma el diputado Vinicio Castillo Semán, un militante opositor a la reforma para restablecer la reelección.
En esa misma dirección se ha pronunciado el presidente del Partido Revolucionario Dominicano, Miguel Vargas Maldonado, partido que cuenta con una matrícula de 45 diputados. Contrario a la reforma para restablecer la reelección se han pronunciado Luis Abinader y con menor intensidad Hipólito Mejía, los líderes del Partido Revolucionario Moderno (PRM) que cuenta con 34 legisladores.
Los voceros oficiales del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), con nueve legisladores, también se han pronunciado en contra de ese movimiento.
Esa suma totaliza 162 legisladores que en primera instancia estarían en contra de votar a favor de la reelección y deja a los promotores de la reforma una matrícula inicial de 60 legisladores en caso de conseguir el respaldo de todos los danilistas, de Radhamés Segura, Reinaldo Pared Pérez y Francisco Javier García, así como las diputadas independientes Minou Tavárez Mirabal y Gadalupe Valdez.
Aún logrando consolidar esos 60 legisladores, los reeleccionistas tendrían que buscar el respaldo de 88 congresistas entre los seguidores de Leonel Fernández, el PRM, el PRD y la Fuerza Nacional Progresista, que es donde empieza a hablarse sobre la necesidad de abrir un maletín para doblar voluntades.
El impedimento
Conforme lo establece la Constitución proclamada el 26 de enero del año 2010, la reelección presidencial figura prohibida de manera expresa, quedando solo abierto el camino de reformarla para eliminar el impedimento.
La cuestión es abordada en los artículos 22, 203, 208, 209, 210 y 272.
En el 22 se refiere al derecho que tienen los ciudadanos a decidir sobre los asuntos que se les propongan mediante Referendo.
En el 203 se habla del Referendo y del Plebiscito como mecanismos directos de participación municipal y manda a establecer los ámbitos, requisitos y condiciones para su ejercicio.
El artículo 210 se precisa que el Referendo estará regulado por una ley que requerirá ser votada por una mayoría calificada.
El 272 señala que “cuando la reforma verse sobre derechos, garantías fundamentales y deberes, el ordenamiento territorial y municipal, el régimen de nacionalidad, ciudadanía y extranjería, el régimen de la moneda, y sobre los procedimientos de reforma instituidos en esta Constitución, requerirá de la ratificación de la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas con derecho electoral, en referendo aprobatorio convocado al efecto por la Junta Central Electoral, una vez votada y aprobada por la Asamblea Nacional Revisora”.
Como puede verse con claridad, ese artículo manda al referéndum cuando la reforma verse sobre “derechos”, en plural y sin condicionantes y en la materia se trata de algo que condiciona o limita el derecho a ser elegido, pues la Constitución excluye de ese derecho a quien ostenta la Presidencia de la República.
Agrega en el párrafo I que “la Junta Central Electoral someterá a referendo las reformas dentro de los sesenta días siguientes a su recepción formal”. Y el párrafo II lo complementa diciendo que “la aprobación de las reformas a la Constitución por vía de referendo requiere de más de la mitad de los votos de los sufragantes y que el número de éstos exceda del treinta por ciento (30%) del total de ciudadanos y ciudadanas que integren el Registro Electoral, sumados los votantes que se expresen por sí o no”.
El futuro
El panorama no parece favorable para la reelección del presidente Medina, no obstante hay que reconocer que el Mandatario nunca ha fijado su posición en torno al tema, aunque seguidores suyos lo mantienen en el climax.
En caso de que la intentaran con la anuencia del Jefe del Estado, pero con la negativa de Fernández, entonces tendrán dos caminos: convencer al presidente de los peledeísta o recurrir al maletín, que consiste en la compra de conciencia en el Congreso Nacional.
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