Llegó el 2015 dejando tras de sí un panorama pobre en lo que respecta a novedades en el mundo del entretenimiento el pasado 2014. El merengue no dijo nada nuevo. La salsa tampoco.
Nada trascendente ocurrió en ambos géneros. Lo rutinario fue lo más notorio. La bachata, con su excepción, llamada Romeo Santos, no tuvo avances.
El relevo sólo ha visto luz en el género urbano. ¿Pero fenómenos? No. La televisión vio nacer propuestas como “Bien de Bien”, “Vale por tres”, y desaparecer espacios, principalmente en Color Visión, canal 9.
Figuras como Domingo Bautista, Rafael Alduey, Felipe Polanco “Boruga”, salieron de la pantalla chica, aunque el segundo regresó antes de finalizar el año.
Las mudanzas de Jochy Santos a Telemicro y SIN a Color Visión, fueron temas de conversación durante varias semanas. El teatro, por mucho, fue lo más relevante, lo más trascendente en 2014.
Actores, actrices, producciones y direcciones se lucieron en las tablas. El cine hecho en casa continuó su agitado curso, con más aciertos que desaciertos. Los escenarios dominicanos continuaron recibiendo figuras de primer orden de la canción mundial, a través de plataformas como el Festival Presidente.
En el orden local, destacan, trascienden y merecen reconocimiento público los empresarios Luis Medrano y Raphy D’Oleo, soportes de los artistas dominicanos, quienes a través de fiestas, conciertos y espectáculos se han convertido en dos chapulines, dos motores que mantienen con vida el talento criollo durante los 365 días del año.
Esperamos un 2015 revolucionario para el entretenimiento dominicano. Urge que los artistas criollos se sacudan la modorra del pasado.
La verdad sea dicha…
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