Por Joseph Cáceres
Los empleados de seguridad del cantante Marc Anthony se han caracterizado por asumir una actitud grosera y humillante con los periodistas.
En la ocasión en que vino a la inauguración de un orfanato en La Romana hasta al presidente del Senado de la República maltrataron, luego de vejar a periodistas que fueron a cubrir el evento.
Esta vez, en la boda de Marc, en La Romana hubo también limitaciones y maltratos a gente de la prensa y a familiares del artista que llegaron para participar en la ceremonia.
Se incurre en una exageración al cuidar con tanto celo el entorno de un artista, al que antes de ser famoso vimos regando flyers (volantes) de los eventos de Raphy Mercado en las escalinatas del Madison Square Garden.
Que cuando vino de promoción en sus inicios, en El Show del Mediodía le grabaron una actuación, y no la pasaron por su aspecto desgarbado y porque lo consideraron muy feo. Vea usted…
Tal vez con su actitud de megadivo y megaestrella, resguardado en su aparatoso equipo de seguridad, el artista trata de alejarse de esa imgagen de humildad y pobreza que vivió en el pasado, y por ello, quizás, asume ese comportamiento, porque de todo hay en este mundo.
Nada peor a veces que un pobre, que ha sufrido maltratos, cuando logra el tránsito hacia la riqueza y la fama.
Es la interpretación que le damos, a tanta ínfula y prepotencia hacia la gente de la prensa, partiendo de la falsa creencia, que el comportarse así importantiza.
Pero también algunos periodistas son culpables de esa situación. Porque, dígame usted…¿Bajará la comida, el costo de la energía eléctrica, la medicina y la gasolina, por el hecho de que Marc Anthony se case en el país, por lo que hay que hacer una cobertura de vida o muerte a esa actividad.?
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