Con gritos de ÂíGobierno dimisión! y Ni un paso atrás contra la patronal y demandas de empleo y fin de los recortes de servicios sociales, miles de españoles entraron hoy en Madrid en las denominadas Marchas de la dignidad.
Seis columnas llegadas de diversas regiones del país fueron formadas para condenar la política del conservador jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, en 35 manifestaciones en toda la ciudad para converger luego en la Plaza Colón.
Unas 300 asociaciones de ciudadanos, sindicatos y partidos políticos de izquierda apoyan la iniciativa, ante la cual las autoridades movilizaron mil 750 agentes y advirtieron que no permitirán acampar en la ciudad, como anunciaron algunos manifestantes.
Coincidiendo con el ingreso de los primeros grupos, la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, advirtió sobre la posibilidad de una intervención policial si los infiltrados que aseguran van en las marchas provocan incidentes violentos.
Las declaraciones fueron interpretadas por los organizadores como intento de criminalizar la acción luego que el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, comparó las iniciativa con las del partido neonazi griego Amanecer Dorado.
Las marchas recorrieron calles céntricas de la salud con críticas a la política oficial que consideran es dictada por la llamada troika, integrada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comunidad Europea.
Izquierda Unida, la tercera fuerza política, calificó de justas reivindicaciones expresadas por los parados, desahuciados, jornaleros, estudiantes, jóvenes y jubilados.
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