Los mandos militares de Estados Unidos están "avergonzados" de la proliferación de casos de acoso sexual. Así lo ha dicho Barack Obama, que ayer se reunió con el secretario de Defensa, Chuck Hagel, el jefe del Estado Mayor, el general Martin Dempsey, y otros altos mandos militares. "Es algo que les importa", dijo Obama tras la reunión.
Poco antes, el máximo comandante del Ejército de Tierra había emitido un comunicado público en el que afirmaba que "los recientes incidentes de acoso y agresión sexual demuestran que hemos violado la confianza" que los soldados y sus familias tienen depositada en la institución.
Son unas declaraciones poco creíbles. A fin de cuentas, hace dos semanas, uno de los generales que ayer se reunió con Obama, el máximo responsable de la Fuerza Aérea, Mark Welsh, dijo en el Senado que "las mujeres vienen de una sociedad en la que esto [las violaciones] pasa". Es algo que, según Welsh, se debe "en parte a la mentalidad de los 'rollos de una noche' de las chicas de instituto hoy en día".
La fuente del general es de la máxima solvencia, como él mismo dijo a los senadores: "Se lo pueden contar mis hijos". No es que sus vástagos practiquen eso de los 'rollos de una noche', desde luego: "Ellos están muy frustrados porque ven a sus amigos hacer eso". Si al general le dan más tiempo, acaba soltando un castizo "todas son unas p..., menos nuestras madres y nuestras hermanas".
Las agresiones sexuales en las Fuerzas Armadas no son, en absoluto, nuevas. Pero ésa es una de las áreas en las que el Gobierno de Obama puede actuar sin las restricciones de un Congreso en el que la oposición republicana ha convertido en un hábito el uso y abuso de su minoría de bloqueo. Además, el Gobierno de EEUU acaba de levantar las restricciones a la participación de mujeres en la primera línea de combate y ya permite a los homosexuales formar parte de las Fuerzas Armadas. Más mujeres y personas de orientación sexual homosexual pueden suponer más incidentes.
Comentarios