La polémica en torno a un acuerdo transaccional entre el Gobierno y los que quieren explotar a Bahía de las Águilas como polo turístico, sigue en el tapete, porque mientras llega un fallo judicial esperado por el presidente Danilo Medina, hay que determinar hasta que punto se debe proteger la naturaleza, aún en desmedro de la modernidad y la industrialización.
La litis fue cerrada de primera intención con la decisión del Presidente Medina de esperar que un fallo judicial ponga fin a la litis sobre la propiedad de los terrenos, pero sigue abierta en lo que se refiere a la posibilidad de que se establezcan en el futuro complejos turísticos en el área de influencia de Bahía de las Águilas.
Horas antes de la decisión presidencial de desestimar los acuerdos anunciados, el obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís, pidió al presidente Danilo Medina que dejara sin efecto cualquier acción que legalice lo que estima robo de terrenos del Estado en Bahía de las Águilas, porque de lo contrario cargará con una mancha para toda su vida y para la historia.
Precisamente, la creación de polos turísticos en áreas protegidas, es uno de los temas permanentes de enfrentamientos entre grupos internacionales de ecologistas, como Green Peace, y fomentadores del turismo, la industria de servicio y la agro-industria.
El presidente Medina no descarta una posibilidad de explotación turística a futuro, cuando dice que el Estado es el propietario legítimo de los terrenos en cuestión, por lo que seguirá explorando alternativas que le permitan implementar el proyecto de desarrollo económico y social de toda la zona, para sacar de la miseria y el abandono a miles de ciudadanos de la zona de Enriquillo.
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