Por Marino Báez
El
futuro de la Republica Dominicana debería estar sujeto a la puesta en marcha de
cambios en el sistema administrativo, dejando de lado el interés de quienes
dirigen y se aglutinan en los partidos políticos para lastimar el interés
nacional, a fin de que se puedan desarrollar y producir alternativas que
sustenten la democracia, poniendo en marcha proyectos que estén dirigidos a
salvaguardar la participación de los ciudadanos en todas las decisiones que
tome el Poder Ejecutivo.
Hoy
más que nunca el gobierno de Danilo Medina debe empoderarse de optimismo para
tomar decisiones drásticas contra quienes han timado los intereses económicos
del país, impartiendo órdenes estrictas y consuetudinarias a la justicia
ordinaria, para actué contra los funcionarios corruptos y corruptores de los
gobiernos presididos por Leonel Fernández, a fin de que le rindan cuentas antes
de cumplir su primer año de gestión.
Constituye
una vergüenza nacional que a escasos días de haber tomado posesión del cargo, el
Ministro de Salud, Freddy Hidalgo, haya denunciado una quiebra generalizada en
los hospitales del país, porque más de 100 mil millones de pesos, considerados
como subvención fueron tomados para fortalecer la campaña de Danilo Medina,
mientras los pacientes que visitan esos centros asistenciales, además de
carecer del servicio requeridopara salvaguardar su vida, no encuentran ni
siquiera una aspirina para calmar el dolor, un daño que no tiene la más mínima
relación con lo pronosticado por lo Leonel Fernández Reyna, cuando de voz
cuello vociferaba en sus mítines de campaña “E palante que vamos”.
En
los gobiernos de Leonel Fernández, la corrupción no se detuvo ni siquiera en la
puerta de su despacho, por lo que es preciso que Danilo Medina inicie una
campaña de “cuentas claras”, contra quienes han soliviantado el patrimonio
nacional, principalmente contra aquellos inquilinos que desfalcaron el país y todavía
siguen ofreciendo sus servicios en algunos ministerios del estado sin responder
al mandato de hacer sus declaraciones juradas de bienes.
La
matriz de esta retrospectiva sobre los desafueros cometidos en los gobiernos de
Leonel Fernández, tienen sus tentáculos en los 500 millones de pesos tomados
por Valdez Alvizu, gobernador del Banco Central, para garantizar sus
prestaciones laborales al término de su gestión, una clara evidencia de que
para el estado dominicano un próximo mandato de Fernández es una vergüenza
nacional.
El
pueblo dominicano esta hastiados de tantos vejámenes y perversidades
enquistadas en los partidos políticos, donde los funcionarios son muy dados a
aplicar “el quítate tú para ponerme yo”, como si el estado dominicano fuera un
patrimonio de quienes están al frente de dichas parcelas, para garantizar su
economía personal, a merced de discursos engañosos, prevaricadores y fuera de
records, puesto de manifiesto por funcionarios que como dijo el escritor José
Ingenieros “salen a predicar la moral, porque no pueden escribirla, porque si
la escriben sus manos les tiemblan”.
La
corrupción es el espejo donde actualmente nos miramos todos los dominicanos,
votantes y no votantes, quienes tenemos el mismo derecho, a pesar de no
pertenecer a la partidocracia, debido a que nos vemos obligados a pagar los
impuestos, sin contar con la garantía evolutiva de ser devueltos en bienes,
servicios y proyectos que contribuyan al desarrollo de todas las clases
sociales.
La
carga que lleva hoy en día Leonel Fernández sobre sus hombros podría ser
bastante pesada, si Danilo Medina hiciera un acto de contrición para que con sentimientos
de pena, vergüenza y angustia, defienda al estado dominicano, llevando a la
cárcel a los corruptos del gobierno pasado, aunque todavía estén en la
administración pública, lo que sería una disposición, salvadora, inteligente y
de voluntad libre que estaría cargada de sensibilidad, si lo vemos desde el
punto de vista óptico de que la corrupción es un flagelo que socava la vida, reduce
las posibilidades de desarrollo y progreso de la sociedad en su conjunto.
El autor es
periodista
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