Leonel y yo somos iguales y él tiene la dicha de haber dado con una mujer como yo”. Margarita Cedeño de Fernández no se esfuerza en parecer modesta. Igual da si defiende su honestidad y la del presidente Leonel Fernández, como si resalta las virtudes del hogar que comparten con su niña, Yolanda América.
Cuando la Primera Dama habla de dos seres iguales, se refiere a que no tienen, ni desean, villas ni en Casa de Campo, ni en Cap Cana, Samaná, Jarabacoa o San Cristóbal, porque las propiedades de lujo, sostiene, no los atraen.
La candidata vicepresidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) habla de su relación marital, en la que asegura no tienen cabida los egos que podrían afectar a dos de las principales figuras políticas del país. “Para dormir no hay ego”, responde ante una provocación de su entrevistador. “Nos queremos, nos amamos, nos respetamos, nos admiramos y entonces nos queremos más.
El amor se basa en respeto y admiración y eso es lo que yo he comprobado”, continúa. “El es discreto, pero me adora, yo lo quiero mucho”, comenta, a colación de uno de los contados gestos de cariño que la pareja se ha reciprocado en público.
Margarita Cedeño de Fernández fue la invitada de ayer al programa El Bulevar, con Pablo, dirigido por el periodista Pablo Mckinney que transmite cada mañana CDN canal 37.
El comunicador crea un escenario de domingo, con Yolanda América visitando a una de sus abuelas y Leonel y Margarita solos en la casa. Ella responde que desayunan juntos, leen el periódico y comparten las noticias, cada uno se sienta a leer algún libro y después ven una buena película.
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