La Policía concentró este viernes las investigaciones sobre la desaparición del niño desaparecido el pasado sábado en Invivienda a todo el entorno familar, haciendo hincapié en la madre, el padre y la esposa de éste.
Una fuente de la institución afirmó que en cualquier momento podrían producirse apresamientos en torno a la desaparición y posible asesinado del infante Rafael Eduardo Jourdain, de cuatro años de edad.
Llaman particularmente la atención las constantes contradicciones e incoherencia en que incurre la señora Jourdain, relativas a la identidad del cadáver encontrado el martes en las márgenes del río Isabela.
En un primer momento, la madre del menor aseguró categóricamente que el cadáver encontrado no correspondía a su hijo y se negaba a cooperar con el Instituto de Patología Forense en la identificación de éste.
“El señor me dijo que el niño que apareció en el río no era mi hijo, que él me lo devolverá vivo”, dijo en ese momento a los periodistas. Posteriormente, presionada por las autoridades, aceptó revisar nuevamente el cadáver.
Ayer en la mañana afirmó que estaba segura de que se trataba de Rafael Eduardo el cadáver y, en la tarde, dijo que tenía que esperar los resultados de la autopsia para establecer si se trata de la misma persona.
A los investigadores de la Policía le llamó la atención el hecho de que el niño desaparecido fuera declarado por el primer esposo de la señora Jourdain y no por el padre de éste, Jovanny García.
De su lado, el director del Instituto de Patología Forense, las características de Rafael Eduardo coinciden en un alto porcentaje con las del menor encontrado en el río. Hay coincidencias en torno al pelo, la dentadura, la edad, el tamaño y otras características entre Rafael Educardo y el cadáver.
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