BONAO.-Los planes municipales para desarrabalizar las zonas urbanas caminan a pasos de tortuga mientras vendedores invaden áreas circundantes a calles, para montar todo tipo de negocios. No importa el lugar. Para los vendedores no hay espacios vedados, ya sean escuelas, iglesias, hospitales o instituciones públicas y privadas, sin que haya una autoridad que actúe para rescatar los espacios por donde ciudadanos deben caminar o recrearse.
La lucha para la supervivencia es el argumento de miles de vendedores que montan puestos de café, comidas, ropa, fruteras y otras mercancías, muchos de las cuales se exhiben sin las condiciones adecuadas y sin ningún tipo de supervisión. Cada uno de los vendedores tiene una historia. Ser padre o madre de familia o desempleado tiene justificación y la hacen valer cuando tienen la oportunidad de referirse a este tema, que no es la primera vez que se debate en Bonao.
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