Plantea interrogantes el hecho de que tanto en el secuestro del estudiante Eduardo Baldera Gómez como del niño Angel Agustín Jiménez Peña se pidieran por el rescate alta sumas de dólares. El peso podrá estar muy devaluado, pero que en cada secuestro se exigieran cinco y un millón de dólares sugiere interrogantes que no pueden ser obviadas por las autoridades. Los secuestradores, a menos que sean loquitos, tienen que saber que la conversión de pesos en dólares dificulta el proceso para liberar a un retenido a la fuerza. Máxime cuando el dólar no es una moneda que se puede adquirir en cualquier esquina. Suerte que en los casos de Baldera Gómez y del niño Jiménez Peña no ha habido que negociar. El estudiante secuestrado el 18 de septiembre en Nagua escapó a los 22 días y la Policía pudo rescatar ayer en la mañana vivito y coleando al niño de seis años que el lunes había sido secuestrado en Santiago. Antes que especular, con todo y que material hay de sobra, la presencia de la divisa estadounidense en la industria del secuestro es un elemento que no se puede pasar por alto. Más todavía cuando para los rescates se exigen sumas millonarias, que no se sabe si los familiares de las víctimas están en capacidad de reunir en los plazos establecidos.
Esta foto del periodista Miguel Hernández, muestra a este pobre joven (indigente), con varios meses recoriendo las calles de Bonao, sin que las autoridades competente hagan algo al respecto. Este pobre ser humano, tiene más de dos meses “viviendo” donde le coja la noche, esta tarde estuvo paseando frente al cuartel policial de aquí de Bonao, el guardia de servicio lo vió y dijo "Ni palla voa mira", en la misma entrada principal de la dotación policial fue fotografiado por el periodista Hernández . Este indigente desnutrido y falta de cucharas, se baña desnudo y hace sus necesidades fisiológicas a la vista de todo el mundo. La permanencia a la intemperie, harapiento y desnutrido de este pobre loco, se ha convertido en espectáculo para los transeúntes que a diario se desplazan a pie y en vehículos por calles de Bonao. El hombre, con visibles signos de trastornos mentales, tiene su mente en blanco, por lo que las autoridades de Salud Pública tienen que hacer algo para que el es
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