El obispo de la diócesis de La Vega, monseñor Antonio Camilo González, la emprendió este jueves contra los políticos que compran a las gentes en las elecciones, afirmando que no practican la coherencia, la constancia, la nobleza, la fidelidad y la lealtad. El religioso lanzó rayos y centellas contra los dominicanos que son deportados desde Estados Unidos por criminales; mientras cuestionó el tigueraje, censuró a los políticos que se llenan los bolsillos a través del “barrilito”. Las palabras de Camilo González, fueron durante la eucaristía en el Santo Cerro, efectuada este jueves con motivo del día de Nuestra Señora de Las Mercedes, donde calificó como una vergüenza que los políticos se dediquen a comprar la conciencia de los dominicanos para favorecerlos en las elecciones y después que son electos, no hacen una cultura con dignidad. El religioso quien estuvo acompañado de sacerdotes, diáconos, monjas y presidentes de asamblea, dijo que el que compra la conciencia de una persona es un “infeliz” al igual que el que la vende. Confirmó que tiene evidencia de que hay profesionales de distintas carreras que compran gentes para las elecciones y otros que se venden, lo que constituye una vergüenza atroz. Instó a esas personas que dejen ese tipo de maniobra y que practiquen la coherencia, la constancia, la fidelidad, la honradez y la nobleza.
Esta foto del periodista Miguel Hernández, muestra a este pobre joven (indigente), con varios meses recoriendo las calles de Bonao, sin que las autoridades competente hagan algo al respecto. Este pobre ser humano, tiene más de dos meses “viviendo” donde le coja la noche, esta tarde estuvo paseando frente al cuartel policial de aquí de Bonao, el guardia de servicio lo vió y dijo "Ni palla voa mira", en la misma entrada principal de la dotación policial fue fotografiado por el periodista Hernández . Este indigente desnutrido y falta de cucharas, se baña desnudo y hace sus necesidades fisiológicas a la vista de todo el mundo. La permanencia a la intemperie, harapiento y desnutrido de este pobre loco, se ha convertido en espectáculo para los transeúntes que a diario se desplazan a pie y en vehículos por calles de Bonao. El hombre, con visibles signos de trastornos mentales, tiene su mente en blanco, por lo que las autoridades de Salud Pública tienen que hacer algo para que el es
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