Miles de vacacionistas regresaron a la capital y la provincia Santo Domingo desde los diferentes puntos del país donde acudieron a disfrutar del asueto de la Semana Santa que concluyó ayer domingo. Los que se trasladaron a campos, playas, ríos, montañas y complejos turísticos traen a su regreso a casa, algunos agotamiento físico como consecuencia del cansancio del viaje, y otros aun las experiencias vividas en su lugar de creación. El disfrute fue pleno para algunos que pudieron trasladarse a los sitios que les pareciera atractivo, mientras que otros se vieron precisados a restringir sus deseos y aspiraciones, o simplemente quedarse en sus casas, forzados por la crisis económica mundial que ya toca a la República Dominicana. El regreso de los vacacionistas se produce desde el Cibao, el Sur y el Este del país, lugares a donde acudieron cientos de personas con motivo de la Semana Mayor. Las diferentes autopistas que conducen a esas regiones lucen este domingo congestionadas por el pesado tráfico que representa la gran cantidad de vehículos que circulan por allí transportando de regreso a quienes se fueron de paseo. Este regreso cuenta con un trabajo de protección y prevención de las autoridades competentes, a través de una acción de acarreo realizado por unidades motorizadas de AMET y la Policía Nacional que consiste en mantener controlada la velocidad de los conductores y el camino despejado. Asimismo, la ciudad de Bonao comienza ya a recobrar la normalidad propia de un domingo, y prestas para reintegrarse este lunes a las labores cotidianas.
Esta foto del periodista Miguel Hernández, muestra a este pobre joven (indigente), con varios meses recoriendo las calles de Bonao, sin que las autoridades competente hagan algo al respecto. Este pobre ser humano, tiene más de dos meses “viviendo” donde le coja la noche, esta tarde estuvo paseando frente al cuartel policial de aquí de Bonao, el guardia de servicio lo vió y dijo "Ni palla voa mira", en la misma entrada principal de la dotación policial fue fotografiado por el periodista Hernández . Este indigente desnutrido y falta de cucharas, se baña desnudo y hace sus necesidades fisiológicas a la vista de todo el mundo. La permanencia a la intemperie, harapiento y desnutrido de este pobre loco, se ha convertido en espectáculo para los transeúntes que a diario se desplazan a pie y en vehículos por calles de Bonao. El hombre, con visibles signos de trastornos mentales, tiene su mente en blanco, por lo que las autoridades de Salud Pública tienen que hacer algo para que el es
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