Una efigie del médico argentino revolucionario Ernesto de la Serna Guevara (Ché) comenzó a ser exhibida ayer lunes por la mañana en una acera de la parte Sur del Parque Central ante las miradas incrédulas de cientos de transeúntes, turistas y residentes locales que transitan diariamente por la zona. La estatua, tallada en bronce y con una leyenda en la parte frontal inferior que dice www.ernestocheguevara.com y otra en el lateral derecho que reza “Viva la revolución”, era criticada y defendida por quienes alaban la trayectoria y el sacrificio revolucionario del Ché, considerado la figura más proyectada universalmente después de la de Cristo y por los que se manifiestan como conservadores y atacan al socialismo y específicamente el régimen de Cuba. Controversias y polémicas se generaron alrededor de la efigie que no obstante, siguió trayendo la curiosidad de la gente que pasaba por el lugar. La réplica del revolucionario lo presenta con su característica boina y en uniforme del ejército revolucionario de Cuba, así como con su distinta barba y fue colocada en la esquina de la Quinta Avenida que divide el Este y el Oeste del Bajo Manhattan. La escultura fue hecha por Christian Janowski quien como parte de un recorrido internacional de exposición de sus obras, expone en el Parque Central tres de sus creaciones apoyado por el Fondo de Arte Público. Los responsables de la muestra dijeron que “en realidad, la estatua del Ché representa una calle de Barcelona”. Muchos creen que la efigie del Ché Guevara podría tratarse de un truco publicitario para llamar la atención sobre la próxima película de Benicio del Toro que se basará sobre la vida del Ché y las guerrillas cubanas que lideradas por Fidel Castro condujeron a la revolución de 1959. Fotos con cámaras digitales y celulares eran tomadas por docenas de personas a la estatua y algunos se retrataban al lado de la efigie. Pero la controversia sobre la estatua del Ché en el Parque Central no es la primera que se genera en Nueva York sobre figuras revolucionarias o socialistas. En la plaza Cooper Union una bandera que flamea representando a Stalin, también fue objeto de controversias y enfrentamientos ideológicos. “Para horrorizarse por ver una estatua del Ché en las calles de Nueva York, se tiene que ser políticamente muy conservador”, dijo el costarricense David Araya que observando la réplica defendió la lucha que a favor de los ideales y de los pobres encabezó el médico argentino. “El creía en la liberación socialista a favor de los oprimidos por los gobiernos corruptos de su época en América Latina”, agregó el inmigrante que estaba en su bicicleta de mensajero. Se recordó que recientemente en la tienda de regalos de la Biblioteca Pública de Nueva York y no muy lejos de donde está la estatua,. Se vendieron camisetas y otras alegorías con el rostro del Ché. En áreas turísticas como las de Times Square, la mayoría de ese tipo de tiendas también expende símbolos que recuerdan la figura del Ché, incluyendo boinas con botones o gráficas de su cara. Para un curioso que se identificó sólo como “Peter” el Ché fue “un matón, un carnicero sobre el cual la distorsión comercial de la historia, le hace creer a la gente que fue un hombre culto”. Una efigie del médico argentino revolucionario Ernesto de la Serna Guevara (Ché) comenzó a ser exhibida ayer lunes por la mañana en una acera de la parte Sur del Parque Central ante las miradas incrédulas de cientos de transeúntes, turistas y residentes locales que transitan diariamente por la zona. La estatua, tallada en bronce y con una leyenda en la parte frontal inferior que dice www.ernestocheguevara.com y otra en el lateral derecho que reza “Viva la revolución”, era criticada y defendida por quienes alaban la trayectoria y el sacrificio revolucionario del Ché, considerado la figura más proyectada universalmente después de la de Cristo y por los que se manifiestan como conservadores y atacan al socialismo y específicamente el régimen de Cuba. Controversias y polémicas se generaron alrededor de la efigie que no obstante, siguió trayendo la curiosidad de la gente que pasaba por el lugar. La réplica del revolucionario lo presenta con su característica boina y en uniforme del ejército revolucionario de Cuba, así como con su distinta barba y fue colocada en la esquina de la Quinta Avenida que divide el Este y el Oeste del Bajo Manhattan. La escultura fue hecha por Christian Janowski quien como parte de un recorrido internacional de exposición de sus obras, expone en el Parque Central tres de sus creaciones apoyado por el Fondo de Arte Público. Los responsables de la muestra dijeron que “en realidad, la estatua del Ché representa una calle de Barcelona”. Muchos creen que la efigie del Ché Guevara podría tratarse de un truco publicitario para llamar la atención sobre la próxima película de Benicio del Toro que se basará sobre la vida del Ché y las guerrillas cubanas que lideradas por Fidel Castro condujeron a la revolución de 1959. Fotos con cámaras digitales y celulares eran tomadas por docenas de personas a la estatua y algunos se retrataban al lado de la efigie. Pero la controversia sobre la estatua del Ché en el Parque Central no es la primera que se genera en Nueva York sobre figuras revolucionarias o socialistas. En la plaza Cooper Union una bandera que flamea representando a Stalin, también fue objeto de controversias y enfrentamientos ideológicos. “Para horrorizarse por ver una estatua del Ché en las calles de Nueva York, se tiene que ser políticamente muy conservador”, dijo el costarricense David Araya que observando la réplica defendió la lucha que a favor de los ideales y de los pobres encabezó el médico argentino. “El creía en la liberación socialista a favor de los oprimidos por los gobiernos corruptos de su época en América Latina”, agregó el inmigrante que estaba en su bicicleta de mensajero. Se recordó que recientemente en la tienda de regalos de la Biblioteca Pública de Nueva York y no muy lejos de donde está la estatua,. Se vendieron camisetas y otras alegorías con el rostro del Ché. En áreas turísticas como las de Times Square, la mayoría de ese tipo de tiendas también expende símbolos que recuerdan la figura del Ché, incluyendo boinas con botones o gráficas de su cara. Para un curioso que se identificó sólo como “Peter” el Ché fue “un matón, un carnicero sobre el cual la distorsión comercial de la historia, le hace creer a la gente que fue un hombre culto”.
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