BONAO.-Unas doscientas tres personas permanecían refugiadas ayer en la provincia Monseñor Nouel, entre ellas una que perdió su casa por la inundación del río Yuna, como consecuencia de los efectos de las lluvias que trajo el huracán Gustav a su paso por el Caribe. Mientras tanto, personal de la Defensa Civil de la provincia, y la Comisión Nacional de Emergencia trabajaban conjuntamente con la Gobernación para llevarles a los evacuados todas las ayudas posibles. Así lo informó ayer a esta reportera a través de la vía telefónica Carlos Barranco, director de la Defensa Civil de Monseñor Nouel. Los refugiados están bajo techo, en un club de una junta de vecinos, en el barrio Prolongación La Delicia. Esta es una de las zonas más afectadas por las inundaciones en Bonao en los últimos días. Según explicó, sólo un damnificado perdió su casa, un hombre de apellido Rosario, dijo. Informó que más adelante, la Comisión de Emergencia de la provincia decidirá sobre la posibilidad de reponerle su vivienda. Los comedores económicos que operan en la provincia le llevarían comida ayer, informó el funcionario. Aunque las inundaciones bajaron, los refugiados permanecían fuera de sus viviendas todavía a las tres de la tarde de ayer, hora en que esta reportera conversó con Barranco. Se debía, a que a algunas personas se les mojaron sus pertenencias, entre ellas las camas y estaban a la espera de que secaran.
Esta foto del periodista Miguel Hernández, muestra a este pobre joven (indigente), con varios meses recoriendo las calles de Bonao, sin que las autoridades competente hagan algo al respecto. Este pobre ser humano, tiene más de dos meses “viviendo” donde le coja la noche, esta tarde estuvo paseando frente al cuartel policial de aquí de Bonao, el guardia de servicio lo vió y dijo "Ni palla voa mira", en la misma entrada principal de la dotación policial fue fotografiado por el periodista Hernández . Este indigente desnutrido y falta de cucharas, se baña desnudo y hace sus necesidades fisiológicas a la vista de todo el mundo. La permanencia a la intemperie, harapiento y desnutrido de este pobre loco, se ha convertido en espectáculo para los transeúntes que a diario se desplazan a pie y en vehículos por calles de Bonao. El hombre, con visibles signos de trastornos mentales, tiene su mente en blanco, por lo que las autoridades de Salud Pública tienen que hacer algo para que el es
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