BONAO.-La popularidad es un arma de doble filo que no todos los artistas saben administrar. Lo de Héctor Acosta, el pasado viernes, en el Kartódromo don Julián Barceló de la autopista 30 de Mayo, donde el merenguero presentó su concierto aniversario "La noche del Torito", bajo el patrocinio de Cervecería Nacional Dominicana (CDN), habla muy bien de ese arrastre, de esa popularidad de la que goza El Torito. Esa popularidad la podemos traspolar a las encuestas que se han hecho desde el anuncio de los nominados a los premios Casandra 2008, donde Acosta ocupa varias casillas, entre ellas Orquesta Merenguera del año, o lo que es lo mismo: Merenguero del Año, resultando siempre agraciado. En las encuestas radiales, televisivas, en periódicos, revistas digitales y en blogs, que han hecho y continúan haciéndose, Héctor Acosta siempre ocupa el primer lugar. Y ciertamente, aunque Héctor Acosta el pasado año tuvo una gran incidencia con dos de las bachatas más populares del 2007: "Me voy" (El anillo) y "Sin Perdón" (Uno quiere, pa' que lo quieran), se paseó con su música todo un año por los más importantes escenarios del país, Estados Unidos, Europa, Centro y Sur América, amenizando fiestas bailables, a fuerza de merengue y bachata. Esa popularidad que exhibe El Torito debe ser capitalizada para hacerle bien, no para dañarlo, tratando de hacerlo inalcanzable. Esa no es la naturaleza de Acosta, porque quienes lo conocen saben que él no tiene aire de divismo, ni mucho menos.
Esta foto del periodista Miguel Hernández, muestra a este pobre joven (indigente), con varios meses recoriendo las calles de Bonao, sin que las autoridades competente hagan algo al respecto. Este pobre ser humano, tiene más de dos meses “viviendo” donde le coja la noche, esta tarde estuvo paseando frente al cuartel policial de aquí de Bonao, el guardia de servicio lo vió y dijo "Ni palla voa mira", en la misma entrada principal de la dotación policial fue fotografiado por el periodista Hernández . Este indigente desnutrido y falta de cucharas, se baña desnudo y hace sus necesidades fisiológicas a la vista de todo el mundo. La permanencia a la intemperie, harapiento y desnutrido de este pobre loco, se ha convertido en espectáculo para los transeúntes que a diario se desplazan a pie y en vehículos por calles de Bonao. El hombre, con visibles signos de trastornos mentales, tiene su mente en blanco, por lo que las autoridades de Salud Pública tienen que hacer algo para que el es
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