Un hombre de 48 años de edad y oriundo de Santiago de los Caballeros (Norte, República Dominicana), fue encontrado envenenado con el poderoso raticida conocido popularmente como “tres pasitos” en una cabaña del turístico municipio de Jarabacoa. Se dijo que el fenecido era homosexual. Fue identificado como Rigoberto Antonio Arturo Acevedo y residía en el populoso sector Gurabo. Trabajaba como obrero. El hecho ocurrió en la comunidad de Las Guázaras situada a unos 7 kilómetros del centro de Jarabacoa, donde la víctima iba frecuentemente a limpiar la cabaña que es propiedad de un amigo suyo, según testimoniaron vecinos del lugar. El envenenado llevaba tres días fuera de su casa, sin que sus parientes supieran nada de él. No dijo a nadie hacia dónde se dirigía. Acorde con la misma página Internet, el propietario de la cabaña pidió reservas de su nombre, asegurando que colaborará con las investigaciones de la policía. El propietario dijo que al percatarse de que su amigo y empleado, no aparecía en Gurabo, decidió buscarlo en Jarabacoa porque la cabaña se iba a rentar el fin de semana. Llamó varias veces al celular del occiso, pero no recibió respuestas. Cuando se dirigió a la cabaña, observó que la puerta trasera estaba abierta y al revisar el interior notó que todo estaba en orden. Al subir al segundo piso, según el relato, sintió un fétido olor que provenía de uno de los closets (armarios) y el compartimiento estaba cerrado por fuera. Aparentemente el suicida se encerró por dentro para ingerir el fuerte veneno que mata en cuestión de segundos y que en la República Dominicana, es preferido por quienes quieren quitarse la vida rápidamente. “Encontré el cadáver de Rigoberto acostado y tenía una almohada, un velón, una caja de fósforos, un vaso azul con una sustancia que se presume es tres pasitos, las llaves del closet y una pequeña bolsa donde estaba el veneno”, explicó el propietario de la cabaña. El cadáver de Acevedo, fue levantado por el fiscal Manuel Pérez de Jesús, el capitán de la Policía Nacional Ramón de León, el médico forense Cándido Chevalier y varios voluntarios. Los restos del obrero suicida fueron enviados a la Oficina de Patología Forense para determinar oficialmente las causas del fallecimiento. El envenenado era homosexual según lo confirmó al sitio Internet un hermano suyo apodado “Café” y en el pasado había tenido problemas con un menor en su ciudad natal. Había advertido que o se quitaba la vida o mataría a alguien. Cumplió lo último, envenenándose. Nunca se casó y no tuvo hijos.
Un hombre de 48 años de edad y oriundo de Santiago de los Caballeros (Norte, República Dominicana), fue encontrado envenenado con el poderoso raticida conocido popularmente como “tres pasitos” en una cabaña del turístico municipio de Jarabacoa. Se dijo que el fenecido era homosexual. Fue identificado como Rigoberto Antonio Arturo Acevedo y residía en el populoso sector Gurabo. Trabajaba como obrero. El hecho ocurrió en la comunidad de Las Guázaras situada a unos 7 kilómetros del centro de Jarabacoa, donde la víctima iba frecuentemente a limpiar la cabaña que es propiedad de un amigo suyo, según testimoniaron vecinos del lugar. El envenenado llevaba tres días fuera de su casa, sin que sus parientes supieran nada de él. No dijo a nadie hacia dónde se dirigía. Acorde con la misma página Internet, el propietario de la cabaña pidió reservas de su nombre, asegurando que colaborará con las investigaciones de la policía. El propietario dijo que al percatarse de que su amigo y empleado, no aparecía en Gurabo, decidió buscarlo en Jarabacoa porque la cabaña se iba a rentar el fin de semana. Llamó varias veces al celular del occiso, pero no recibió respuestas. Cuando se dirigió a la cabaña, observó que la puerta trasera estaba abierta y al revisar el interior notó que todo estaba en orden. Al subir al segundo piso, según el relato, sintió un fétido olor que provenía de uno de los closets (armarios) y el compartimiento estaba cerrado por fuera. Aparentemente el suicida se encerró por dentro para ingerir el fuerte veneno que mata en cuestión de segundos y que en la República Dominicana, es preferido por quienes quieren quitarse la vida rápidamente. “Encontré el cadáver de Rigoberto acostado y tenía una almohada, un velón, una caja de fósforos, un vaso azul con una sustancia que se presume es tres pasitos, las llaves del closet y una pequeña bolsa donde estaba el veneno”, explicó el propietario de la cabaña. El cadáver de Acevedo, fue levantado por el fiscal Manuel Pérez de Jesús, el capitán de la Policía Nacional Ramón de León, el médico forense Cándido Chevalier y varios voluntarios. Los restos del obrero suicida fueron enviados a la Oficina de Patología Forense para determinar oficialmente las causas del fallecimiento. El envenenado era homosexual según lo confirmó al sitio Internet un hermano suyo apodado “Café” y en el pasado había tenido problemas con un menor en su ciudad natal. Había advertido que o se quitaba la vida o mataría a alguien. Cumplió lo último, envenenándose. Nunca se casó y no tuvo hijos.
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