Cuando el urbano Mozart La Para entró a su casa en la empobrecida comunidad de Pantoja, la niña Crismeilin Troncoso olvidó la leucemia, epilepsia y tumores en la cabeza que la aquejan, corrió a su encuentro y saltó aferrándose a su artista favorito que fue a su vivienda a cumplir el sueño que tenía la menor de conocerlo. Con un prolongado y fuerte abrazo la niña de 11 años se aferraba al artista que le prometió construirle una casa para que viva dignamente junto a su madre Gleyrys Núñez y sus tres hermanos mayores, en el barrio Palmarejo, Villa Linda, de Pantoja. El 26 de febrero, un día antes del cumpleaños de la niña, su madre puso a circular en internet un vídeo en el que la pequeña le pedía a Mozart que le cantara una canción como regalo. En ese momento Mozart estaba de gira internacional, pero anunció que cumpliría el sueño de la pequeña mediante un vídeo en Twitter, respondiéndole a una de sus seguidoras que le hizo la pregunta a través de esa red social. La madre, que en princip