Cuando el urbano Mozart La Para entró a su casa en la empobrecida comunidad de Pantoja, la niña Crismeilin Troncoso olvidó la leucemia, epilepsia y tumores en la cabeza que la aquejan, corrió a su encuentro y saltó aferrándose a su artista favorito que fue a su vivienda a cumplir el sueño que tenía la menor de conocerlo.
Con un prolongado y fuerte abrazo la niña de 11 años se aferraba al artista que le prometió construirle una casa para que viva dignamente junto a su madre Gleyrys Núñez y sus tres hermanos mayores, en el barrio Palmarejo, Villa Linda, de Pantoja.
El 26 de febrero, un día antes del cumpleaños de la niña, su madre puso a circular en internet un vídeo en el que la pequeña le pedía a Mozart que le cantara una canción como regalo. En ese momento Mozart estaba de gira internacional, pero anunció que cumpliría el sueño de la pequeña mediante un vídeo en Twitter, respondiéndole a una de sus seguidoras que le hizo la pregunta a través de esa red social.
La madre, que en principio estaba un poco incrédula de que Mózart cumpliera su promesa, ahora está emocionada porque él no sólo hizo feliz a su hija, luego de que le dieran el alta tras cuatro meses en el hospital y un ingreso en cuidados intensivos, sino porque se aferra a la promesa de que le construirá una vivienda.
“Dios lo tiene que bendecir mil veces, él es una persona muy humilde, me dijo que todo lo que esté a su alcance lo va a hacer por mí, pero lo que él quiere es hacerme la casa. Yo le dije: ‘Dios te bendiga, porque yo soy una mujer muy pobre y el trabajo que hago no me alcanza para nada’. Él es una luz al final del túnel”, expresó emocionada Gleyrys.
La Madre de Crismeilin ha tenido que lidiar fuertes batallas en su vida, vivió en la calle parte de su niñez y hasta el nacimiento de su tercer hijo se ganaba la vida limpiando cristales de vehículos en la vía pública. Este vespertino publicó una serie de reportajes de cómo ella trabajaba en la calle estando embarazada, porque no tenía otro modo de ganarse el sustento. Dijo que quien quiera ayudarla de alguna forma puede contactarla a su celular (829) 509-4228.
Dijo que ahora quisiera volver a trabajar pero que por las constantes convulsiones que sufre su hija no encuentra a quién dejársela.
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