Por Juan Taveras Hernandez, periodista de El Nacional El acto de apoyo a la reelección presidencial celebrado en el club Mauricio Báez con el patrocinio de funcionarios del Gobierno que hace algunos años abandonaron al Partido Reformista y que luego fueron expulsados, sirvió para poner de manifiesto la podredumbre. Había que ver a los personajes que rodeaban al presidente de la República, algunos con expedientes de corrupción que nunca han sido debidamente aclarados por los tribunales. Tránsfugas y oportunistas, pordioseros y pedigüeños, sin dos dedos de frente, empujando, dando codazos para abrirse un espacio en el escenario y colocarse donde puedan ser vistos para en la televisión y en los periódicos muy cerca del jefe. Todos en busca de lo suyo; un cargo grande o pequeño, una contrata grande o pequeña, un consulado o una embajada, una secretaría o subsecretaría de Estado, con cartera o sin cartera, pero donde se pique más que un mosquito o más que el sol de mediodía en la frontera. ...