La propaganda política adquiere formas distintas en cada demarcación electoral. En Monseñor Nouel, las estrategias para conquistar adeptos varían desde embadurnamiento de paredes hasta vallas. No es lo mismo un afiche pegado en un poste del tendido eléctrico de un barrio de Bonao, que una valla activada con modernos efectos tecnológicos en en la entrada a la ciudad, una zona reservada para votantes de Palmarito. En estas zonas, donde la miseria aparece en cada esquina sin necesidad de buscarla, los aspirantes invierten más en enloquecedoras bocinas que promueven sus proyectos, que en onerosas vallas y carteles de grandes proporciones. En barrios de Bonao, la caras de candidatos a senador, síndico o diputado están presentes en las tapas de zafacones, en paredes de colmados, peluquerías, salones de bellezas, freidurías, panaderías, talleres de mecánica vehicular, ebanisterías y almacenes, o en casuchas de tabla a punto de derrumbarse. También, en la verja de un club, escuela o casa en c...