El 16 de agosto de este año, cuando el presidente Danilo Medina asumió por primera vez el mando presidencial, la espeluznante combinación violencia-delincuencia y criminalidad sumaba 1,432 homicidios ocurridos en toda la geografía nacional. Si se establece una media de los homicidios acontecidos en estos ocho meses, se obtendría que en la capital y pueblos del interior, mensualmente matan 179 personas, por causas y circunstancias distintas. Y de continuar este ritmo sangriento, según las estadísticas registradas por la Procuraduría General de la República, este año podría terminar con más de 2,100 homicidios. Para el presidente Medina estas cifras no sorprenden, porque son el resultado de una realidad que marcó la cotidianidad del año que finaliza y que él bien conoce. Una realidad que está obligado a enfrentar con resultados reales, más allá de la típica postura oficial de que la delincuencia en República Dominicana es un mero asunto de percepción. Este año no fue muy d...