Treinta años –lo siento Gardel– son muchos, particularmente cuando se pasan cubriendo noticias para la televisión. Acabo de cumplir tres décadas como conductor del Noticiero Univisión en Estados Unidos y mi primer pensamiento es de agradecimiento. El único sentido que tiene trabajar como periodista en la televisión es que la gente crea lo que dices y que vea lo que haces. Sin esos dos requisitos, ninguna carrera aguanta. Cuando me escogieron como anchor del noticiero el 3 de noviembre de 1986 tenía apenas 28 años de edad. Y me trepé, literalmente, a la ola latina. En esos años había solo 15 millones de latinos. Hoy somos más de 55 millones. Antes, casi nadie nos hacía caso. En estos días nadie puede ganar una elección sin nuestros votos. La televisión en español en Estados Unidos pasó de ser una curiosidad mediática a convertirse en líder de audiencia en ciudades como Los Angeles, Miami, Chicago y Nueva York, entre muchas otras. Eso se llama surf...