Una palma datilera arrancada el viernes por los vientos de Matthew interrumpe una avenida en Daytona Beach.
El huracán Matthew pasó rasante el viernes frente a la costa este de Florida, inundando y tumbando vallas comerciales y algunos techos en algunas de las ciudades vacacionales mejor conocidas en el tramo norte del estado, como Daytona Beach y San Agustín, pero el ciclón tropical parecía estar guardando lo peor para Jacksonville.
El huracán, cuyo ojo se encontraba a las 4:00 p.m. apenas a 30 millas frente las costas de San Agustín, avanzaba con dirección norte a una velocidad de 12 millas por hora y vientos máximos sostenidos de 115 millas por hora, según anunció el Centro Nacional de Huracanes.
El ciclón, que dejó más de 840 muertos en Haití y al menos dos personas fallecidas en Florida, perdió algo de intensidad y lo degradaron de la categoría 4 a la 3 durante su paso frente a las costas de Florida, pero aún así seguía siendo un peligroso sistema tropical que amenazaba con impactar Jacksonville y causar una marejada ciclónica de entre cinco y nueve pies.
Jacksonville pudiera quedar fuera del ojo del huracán, pero el tamaño de la marejada constituía un grave peligro para la ciudad, que está construida a poca altura sobre el nivel del mar, dijeron las autoridades.
“El hecho de que el centro de circulación esté en el mar no significa que los residentes queden fuera del centro de la acción”, explicó el Director del Centro Nacional de Huracanes, Richard Knabb.
“Esto va a empeorar mucho más antes de que comience a mejorar”, agregó.
El huracán pasó gran parte del viernes recorriendo la costa del estado, con el ojo a unas 20 a 30 millas a distancia de tierra.
Eso evitó que la gran mayoría de las poblaciones ubicadas en la costa se mantuvieran fuera de la más peligrosa pared de vientos huracanados, pero aún así la mayoría de ellas fueron sacudidas por la tormenta.
En Daytona, el afamado autódromo internacional se inundó debido a las fuertes lluvias, al igual que varias de las calles periféricas de la ciudad. Una foto mostraba una acumulación de más de un pie de agua sobre la pista.
Los residentes de Daytona, en su mayoría, acataron las instrucciones de permanecer en sus casas mientras los vientos azotaban a la ciudad.
Un recorrido realizado por reporteros de medios nacionales durante el paso del huracán, encontró decenas de vallas publicitarias derribadas, al igual que cercas y techos metálicos de algunas de las instalaciones más endebles.
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