A la larga cadena de crímenes atribuidos a la delincuencia, se suma el asesinato del periodista Blas Olivo, relacionista de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), cuyo cadáver fue encontrado en una finca de Piedra Blanca, Bonao, con cuatro impactos de bala.
Ministerio Público y Policía tienen el reto de identificar cuanto antes a los autores de este homicidio que obliga a las autoridades a encender la luz roja ante el vertiginoso ascenso de la criminalidad que se ha extendido de manera alarmante hacia la región del Cibao.
Olivo fue reportado como desaparecido después de salir de la residencia materna en Bonao hacia Santo Domingo con la promesa de retornar, hasta que las autoridades localizaron su vehículo con signos de haber sido chocado, y luego localizaron su cuerpo en una finca con dos balazos en el tórax y dos en el abdomen.
Los familiares del occiso han pedido a la Policía que localice su teléfono móvil, al considerar que las llamadas registradas pueden arrojar pistas que permitan esclarecer ese asesinato.
Es claro que el comunicador fue ejecutado por individuos que le dispararon cuatro balazos al pecho, lo que obliga a policías y fiscales a actuar con diligencia para identificar a los asesinos y establecer el móvil del crimen.
Por los tantos asesinatos, asaltos, robos, atracos que se producen en todas partes, aunque con más frecuencia en las provincias Monseñor Nouel, La Vega, Espaillat, Santiago y Puerto Plata, puede decirse que la población está a merced de un nuevo rebrote de delincuencia y criminalidad.
Los niveles de inseguridad ciudadana son de tales extremos que en no pocos municipio, los delincuentes decretan virtual toque de queda a partir del anochecer, aunque los asaltos, atracos y robos agravados se producen a cualquier hora del día.
El asesinado del periodista Blas Olivo, quien por muchos años dirigió una revista y un programa de televisión de promoción y divulgación del sector agropecuario, causa hondo pesar e indignación en una ciudadanía aguijoneada por una delincuencia y criminalidad que se expande como la verdolaga.
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