Por Diomelo Martinez
Por más que algunos merengueros no quieran reconocerlo y otros no lo acepten públicamente, es innegable la evidente crisis por la que atraviesa el ritmo dominicano en estos momentos.
Se ha querido buscar como excusa las altas tarifas que mantienen las orquestas y merengueros para amenizar una fiesta, pero considero que el precio es lo de menos, puesto que usted pagaría el “cover” que fuere si le gusta equis artista.
Sin embargo, si la música de ese intérprete no llega a satisfacer su gusto, se lo pueden colocar gratis y de seguro que usted no irá a esa actividad.
Otros han querido justificar la baja del merengue acusando a la presencia de otros ritmos como el reggaetón y el dembow, así como el gran auge de la bachata; sin embargo sería bueno que esos teóricos recuerden que en la década del 80 no había un ritmo más “pegado que el Rock- And Roll´ y era una fiebre la “música disco”, no obstante habían alrededor de cien merengues sonando y más de cincuenta orquestas en el gusto popular.
Algunos alegan que el merengue no tiene medios y que el gobierno debería instituir por ley, que las emisoras del país coloquen más del sesenta por ciento de la música nacional en sus pautas. Johnny Ventura, incluso ha propuesto elevar la queja sobre la crisis del merengue hasta las más altas instancia y ha invitado a sus colegas hasta el despacho presidencial para plantear la situación al presidente Danilo Medina.
En este aparte, me gustaría abrir un foro y preguntar si no es una violación al Estado de Derecho obligar a los dueños de una empresa privada a hacer algo obligatorio, aun cuando se alegue que las frecuencias son del Estado.
Otro apunte recordatorio es decirles a los que sufren de amnesia, que el dúo puertorriqueño de música urbana “Calle13”se pegó estando vetado en las emisoras, a un nivel que ganó nueve premios en el Latín Grammy.
En el marco de todo esto, lo que sí siempre he dicho en mis comentarios que la principal causante de la crisis por la que atraviesa el merengue se llama producción. Es evidente que los protagonistas del género no están haciendo la música que la gente quiere.
Los hacedores de merengue dominicano, en su mayoría pierden de vista que la música es un producto, tú la oferta y si gusta tendrá demanda.
Es por ello que hoy día, artistas que no son dominicanos como Shakira, Tony Dize, Tito “El Bambino”, Chino y Nacho, Fonseca, Fany Lú y otros, se han paseado por varios escenarios del mundo teniendo éxito con el merengue, el cual han actualizado con ajustadas fusiones.
La temática, la simpleza en los arreglos musicales y los nuevos códigos en el lenguaje de los artistas antes mencionados es lo que le ha dado conexión con la gran masa.
Siempre tenemos que referirnos a “Perro Ajeno”, el último merengue del patio que se pegó realmente. El tema producido por Ramón Orlando Valoy e interpretado por Rubby Pérez sonó muy bien en el 2005 y de eso hacen nueve años.
“Cosas de él” cantado por Miriam Cruz, tuvo una gran pegado recientemente, pero el tema fue una adaptación de un bolero mexicano por lo que no podemos encasillarlo como merengue de total producción criolla.
No es posible que en la tierra del merengue se peguen sólo dos merengues en diez años.
Actualmente no hay un merengue que la gente pueda “tararear”. Ni siquiera el tema ganador como “Merengue del año” en Los Premios Soberano “Esa loca” de Miriam Cruz.
Existen otros puntos no menos relevantes dentro de los que se destacan: la inversión de los artistas en su carrera, la imagen de su figura, renovación, manejo, oportunidad a nuevos talentos de donde pueda salir un relevo, y algo muy importante: la unidad.
Sería bueno que los intérpretes de merengue dejen el “ego artístico” y comiencen a grabar con la nueva generación y artistas de otros géneros, así como dejar que otros talentos les produzcan, no querer hacerlo ellos todo.
Tras la convocatoria abierta donde estuvo presente la prensa el pasado 23 de junio del pasado año, donde se dilucidaron algunos puntos sin ningún resultado, Héctor Acosta “El Torito”, de quien fue la iniciativa, hace un llamado para el segundo “Encuentro de Merengueros”, pero esta vez “a puerta cerrada”.
No creo que baste tan sólo con reunirse, los merengueros criollos tienen que ponerse “las pilas” musicalmente hablando. Producción es el problema neurálgico de la merma del ritmo nacional.
La música que hacen los protagonistas del género no le gusta a la gente, está desactualizada, muchos prefieren bailar con lo que se produjo en los 80, incentivando así la nostalgia de tiempos que parece no volverán.
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