De noche las aguas corren con mal olor por los conténes que van a los alrededores del cuartel policial

Por Marino Baez
BONAO, provincia Monseñor Nouel.- El mercado público de Bonao es la principal fuente de contaminación, diseminada en pleno centro de la ciudad, sin que las autoridades sanitarias y municipales tomen las medidas correspondiente para evitar las enfermedades causadas por la camada de productos como vegetales, víveres, carnes y otros que son adquiridos por los ciudadanos sin el más mínimo control de calidad.

La contaminación provocada por la putrefacción de los vegetales llega hasta los más recónditos lugares del mercado y por la plaza se desplazan insectos de diversas variedades, además de la gran cantidad de ratas, ratones y otras alimañas que pululan por los puestos de ventas de las viandas.
A lo interno y externo de los alrededores del mercado la contaminación es desbordante, lo que ha provocado quejas constantes en la población, debido a que por los baños corren los desperdicios dejados por venduteros, borrachos y prostitutas que los frecuentas para hacer sus necesidades fisiológicas y sexuales.

Las autoridades del ayuntamiento municipal, encabezada por su alcalde, Alberto Marte, sólo se
preocupan por cobrar los impuestos a humildes padres de familias que han colocado negocios improvisados en plenas calles y en violación al libre tránsito de los ciudadanos, quienes además de soportar el mal olor que desprenden los viandas y vegetales podridos, se desplazan apiñados por sus inmediaciones.
El mercado publico de Bonao, es una plaza comercial que las autoridades de salud pública, si son responsable y verdaderamente “velan por la salud ciudadana” debieran cerrarlo, porque es un entorno de abastecimiento que hay que declararlo en estado de emergencia.
Las aguas putrefactas del mercado público de Bonao son descargada en plena calles, visto que los pozos sépticos tienen anos que se le da mantenimiento lo que contribuye a que las familias que residen en la avenida España y zonas aledañas tengan que soportar el olor putrefacto, lo que provoca enfermedades infectocontagiosas.
La irresponsabilidad de las autoridades municipales y sanitarias del municipio de Bonao ha llegado tan lejos, que a veces se pasan meses sin recoger las cientos de toneladas de basura que se acumula en el entorno del mercado municipal, un indicativo que a ninguno que interesa conservar la salud de los ciudadanos que demandan de artículos vegetales con un mayor control de higiene y calidad.
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