La acordeonista Manuela Josefa Cabrera, mejor conocida como "La vieja Fefa" calificó como "un acto de amor" el error que cometió al servir de garante a una joven que intentó viajar a Estados Unidos con un pasaporte arreglado. “Lo que se comenta es que esa persona yo la llevé por dinero, jamás en la vida”, jurando públicamente en televisión “por los huesos de mi madre que tiene siete años que falleció” que “yo me llevé a esa muchacha porque quería que estuviera conmigo, soy una persona que no me gusta estar sola”.
Fefita La Grande, que aúno no tiene la visa, explicó las verdaderas razones por las cuales las autoridades migratorias de los Estados Unidos le han negado la entrada por unos 12 años, agregando que todo se debió a un “error de amor” que cometió para esa fecha cuando pagó dinero a una persona para que cambiara la foto del pasaporte de unas de sus hijas (ciudadana americana) por la de una joven a quien estima mucho.
“Yo soy una mujer que me gusta hablar la verdad. Todo el mundo comete errores”, explicando que desde 1976 ha estado viajando a los Estados Unidos “entrando seriamente y solamente para ir hacer mi trabajo”, afirmó al programa "Esta noche Mariasela" (canal 9). En ese sentido, reconoció que cometió un “error del cual he pedido perdón hasta de rodillas en televisión y fue por amor”.
Fefita, quien se tiene unos 12 años sin pisar suelo estadounidense y ha buscado por todos lados la manera de que le den la visa nuevamente, aclaró que cuando se dio el proceso del viaje de la “muchacha” por la que cometió el error se encontraba en la ciudad de New York, sosteniendo que “no sé quién fue que le puso la foto al pasaporte de mi hija (ciudadana americana) para que yo me llevara a la muchacha”, pero lamentablemente “no sé porque yo no estaba aquí”.
Lo que sí expresó la “Mayimba” durante la entrevista que le realizara Mariasela Álvarez es que “hay una persona que hace ese trabajo llamado Guillermo Pasaporte, que todo Santiago" lo conocía porque murió. Admitió que sí dio el dinero para que realizaran el trabajo de intercambiar la foto del pasaporte de una de sus hijas para poner la de una joven que estima y así poder llevársela con ella a suelo anglosajón.
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