Con el cierre de las operaciones de la minera Falcondo, la vida económica de Bonao entra en crisis.
No solo porque se pierden, de golpe, alrededor de 1,500 empleos directos, sino porque pronto dejarán de circular cerca de 40 millones de pesos que se movían en su economía por los impactos directos o colaterales de las operaciones de la Falcondo.
Esa empresa lleva varias décadas representando la fuente principal de la economía bonaense, pero ya consideró poner fin a sus operaciones porque los precios internacionales del níquel han caído y no la hacen rentable.
La única alternativa para seguir en Bonao es la explotación de otros recursos minerales en Loma Miranda, pero al ser declarada área protegida por una decisión de la Cámara de Diputados, que puede validar o rechazar el Senado, esta expectativa se ha desvanecido.
Bonao , sin embargo, se resiste a esa idea.
Los que han tomado la decisión de vetar esa explotación han argumentado que lo hacen en defensa del medio ambiente, pero no han tenido en cuenta que esa misma empresa ha hecho explotaciones en otros lugares cercanos y en el mismo Bonao, sin que se haya producido una catástrofe ambiental de la magnitud que ellos columbran en Loma Miranda.
Lo cierto es que Bonao ha comenzado a visualizar las otras terribles consecuencias que puede tener la salida de la Falcondo y ahora siente que el lobo feroz de la crisis lo tiene encima y trata de espantarlo.
Tiene el pueblo todo su derecho a decidir lo que quiere, sin que otros, llegados de fuera y que pronto se irán como las golondrinas, dejándola empantanada en su crisis, impongan el camino a seguir.
Nadie le puede escamotear a Bonao el derecho de sobrevivir. (Editorial extraido del periodico Listín Diario, de fecha sabado 19 del mes de octubre del 2013)
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