La reclusa Mary Peláez Frappier afirmó ayer no sentirse arrepentida del delito que la mantiene en prisión, ya que no mató a nadie ni le hizo daño a nadie.
Confesó que espera que la sociedad le otorgue una nueva oportunidad de reintegrarse de manera productiva, tras cumplir su condena de siete años por lavado de activos dentro de la red del narcotraficante José David Figueroa Agosto.
Sin embargo, dijo que aunque la sociedad no le conceda una nueva oportunidad ya Dios se la dio, “y eso para mí es suficiente”.
Al ofrecer una breve entrevista a representantes de los medios de comunicación, que visitaron ayer el recinto de la cárcel Najayo Mujeres, Peláez Frappier expresó que todo el mundo merece una segunda oportunidad “como también una tercera, cuarta...”
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