El 12 de enero del año 1972, en el kilómetro 14 de la Autopista de Las Américas, tuvo lugar una desigual batalla[1], entre cuatro dirigentes de los Comandos de la Resistencia y fuerzas combinadas del Ejército, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional (PN).
Fusiles, ametralladoras automáticas de todos los calibres, lanzallamas, tanques de guerra, carros de asalto, aviones y helicópteros, bajo la dirección de altos mandos militares[2] fueron movilizados para la acción que acabó con las vidas de Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo, Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) y Ulises Cerón Polanco.
Los jóvenes, también conocidos como Los Palmeros dentro del Movimiento 14 de Junio, creían en la toma del poder por la vía armada y eran acusados del asalto a una sucursal bancaria, en noviembre de 1971, hecho que reconocieron y calificaron de acción política.
Amaury, Virgilio, La Chuta y Ulises, vinculados a planes guerrilleros que buscaban acabar con las desigualdades, las injusticias y la represión, entonces representadas por el gobierno de Joaquín Balaguer, en los tiempos en que disentir de los poderosos era crimen, estaban sentenciados a muerte ya descubiertos sus escondites, en una casa y una cueva.
Las reseñas del hecho indican que ocho oficiales, un capitán, un teniente y seis rasos de la Policía, murieron en la batalla y otros siete resultaron heridos.
Además, destacan la presencia de un avión de matrícula estadounidense que sobrevolaba la zona de combate, dotado de equipos capaces de detectar la ubicación de personas y objetos. Esto es un elemento que conecta con las afirmaciones de que la norteamericana Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) participó o dirigió esa acción militar.
También consta que una comisión de mediación integrada por el entonces Nuncio de Su Santidad, Luciano Storero; los entonces directores de los periódicos Listín Diario y El Caribe, Rafael Herrera y Germán Ornes; y el rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) de la época, Rafael Kasse Acta, intentó reunirse con el Presidente, pero la cita fue concedida para las seis de la tarde.
Casi dos horas antes, a las 4:15 de la tarde, Los Palmeros habían sido declarados muertos, tras más de diez horas de resistencia.
Así, resistiendo, esos jóvenes quedaron en la historia dominicana de la segunda mitad del siglo XX, al lado de las Mirabal, Manolo Tavárez, Rafael Tomás Fernández Domínguez, Francisco Alberto Caamaño Deñó, Sagrario Ercira Díaz, Orlando Martínez y Amín Abel, como figuras que se sacrificaron por un país mejor.
Los Palmeros vivieron en un contexto de lucha y dieron sus vidas por el bienestar colectivo, la libertad y la democracia, ideales aún pendientes, al decir de muchos.
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