
Inaugurada el 25 de septiembre de 1988, por el entonces presidente de la República, doctor Joaquín Balaguer, hoy, este parque de producción textilera industrial, tiene una matrícula de obreros inferior a las 500 personas, mientras que en su apertura contaba con más de 10 mil empleados.
El abandono de las empresas que en principio operaban estas instalaciones, según personalidades de la provincia, ha obedecido a la falta de mercadeo de las autoridades actuales.
Con la retirada de inversionistas coreanos y de otras nacionalidades a otros países de América Latina y El Caribe, la ciudad de Bonao, mantiene una alta tasa de desempleo, lo que mantiene preocupada a la juventud, que no tiene donde vender su fuerza laboral.
La microeconomía, que se mantenía en constante movimiento a través de los recursos millonarios que semanalmente eran pagados a los obreros, se desplomó, al tiempo que decenas de establecimientos comerciales que directamente se beneficiaban, fueron a la quiebra.
Producto de la situación descrita, cerraron cafeterías, comedores, pica pollos, tiendas de tejidos y calzados, de electrodomésticos, ferreterías, financieras, prestamistas informales, entre otros.
La falta de ingreso de nuevas empresas a la Zona Franca Local, que faciliten oportunidades de trabajo, ha contribuido en gran parte a que los hechos delictivos se incrementen vertiginosamente en este municipio.
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