LA FALTA DE SEGURIDAD CIUDADANA ESTÁ LLEGANDO A UN NIVEL ALARMANTE YA QUE EL VALOR DE LA VIDA HUMANA NO VALE NADA...

Como ejemplo de la barbarie en que hemos caído, podemos citar la muerte de Juan Carlos Aracena Figueroa, de 15 años de edad, Yahaira Méndez, de 36 años, de 36 puñaladas, en Santiago. Asimismo, la muerte del menor Reymi Emmanuel Rosario Collado de tres años, y seis heridos durante enfrentamiento a tiros por bandas de narcotraficantes, en la comunidad de Riíto, La Vega; la empresaria Wilma Teresa Martínez, de la ciudad de Higüey, a quien le cercenaron la cabeza y su cuerpo fue lanzado en la carretera El Seibo-Miches.
Otro asesinato que consternó fue el del periodista José Joaquín Silvestre de los Santos, quien luego de ser raptado en La Romana, su cadáver fue abandonado en las inmediaciones de San Pedro de Macorís, así como la violación y posterior asesinato de la niña Eloísa Martínez, de 10 años, encontrado su cuerpo en la Cañada de Jacagua, en La Isabela, Santo Domingo Norte. Además de estos hechos horribles, se encuentran aquellos relacionados con los alegados intercambios de disparos entre presuntos delincuentes y agentes de la Policía Nacional.
El país ha tomado un camino peligroso, lo que reclama que las autoridades y la ciudadanía hagan causa común para enfrentar la situación que podría colocar a la República Dominicana en una nación donde todos estemos expuestos a la barbarie.
Es tiempo para desarrollar acciones de educación y prevención, pues cada día es mayor la preocupación por los hechos que se vienen registrando y que estarían vinculados con el narcotráfico por ajustes de cuenta o la criminalidad común.
En algunos lugares del país la inseguridad está llevando a que los ciudadanos se concentren a tempranas horas en sus hogares y aquellos que deben ir o regresar de sus labores en altas horas de la noche no ocultan el miedo de ser víctimas de la criminalidad y la violencia. Estos casos ocurridos en los últimos meses deben servir de alerta y garantizar las acciones que permitan la seguridad a los ciudadanos para evitar que la criminalidad y la delincuencia se adueñen del país.
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