
Con unos 330 millones de habitantes, Estados Unidos tiene sólo 52 estados. Pero República Dominicana, con menos de 10 millones cuenta con 31 provincias, 157 municipios y sabrá Dios cuántos distritos municipales. Sin embargo, los congresistas que han mutilado el territorio sólo para satisfacer necesidades políticas todavía no se conforman. Quieren descuartizar más el territorio, no en procura de descentralizar y agilizar más los servicios, sino de contar con sus feudos electorales. Cualquier decisión sobre el régimen territorial tiene que ser resultado de estudios y consultas. De ninguna manera medalaganaria. Con el gasto que representan las demaraciones en funcionarios que no hacen más que sangrar al erario lo prudente sería reducir el número de municipios, provincias y distritos municipales. En ese sentido es que se debería legislar, pero los congresistas saben que una iniciativa así sería como afilar cuchillo para su garganta. Los diputados Pelegrín Castillo y Víctor Bisonó, quienes han coincidido en que lo más conveniente sería reducir el número de demarcaciones, deberían ponerse de acuerdo para dar un paso al frente.
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