
Con espantosa sangre fría, la odontóloga fue asesinada el martes en la noche cuando llegaba a su vivienda del Mirador Sur, después de de asistir a una iglesia evangélica. Cualesquiera fueran las razones se trata de un crimen indignante, que exponen el desenfado y la impunidad con que se quita una vida y que caracterizan el ambiente. El deplorable suceso representa un dramático llamado a las autoridades sobre la necesidad de abordar la criminalidad con medidas realistas. No puede ser que por despecho, ratería o cualquier otra cosa. El encargado de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim), de la Policía Nacional, general Héctor García Cuevas, tiene ese gran reto.
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