BONAO.-Los nouelenses recibieron esta noche el nuevo año 2011. De diferentes formas pero todas, apostando a lo que aún no se ha perdido: las tradiciones.
Fuegos artificiales, suculentos platos y reuniones familiares a la espera del “cañonazo”.
Los afanes para preparar la cena de año nuevo fue desde ayer la preocupación de un alto porcentaje de familias de Bonao, aunque es un menú con menos variedad que el de Nochebuena, pero muy cargado de alegría y a la espera de un año de prosperidad.
Los recursos, pocos o muchos, no son determinantes, sino el apego a las tradiciones.
Un ejemplo fue Miguel Hernández, quien con pocas cosas materiales guarda una tradición que ama. Un poco de arroz, espaguetis y pollo horneado componen la cena de sus familiares.
“Pese a la mala situación económica que vive el país, los días 24 y 31 de diciembre de cada año hacemos esta cena con el objetivo de afianzar los lazos familiares”, explicó.
En familiaPrecisó que cuando suena el cañonazo a las 12:00 de la noche llama por teléfono a sus familiares en el extranjero y sale a felicitar a sus vecinos.
Algunos prefirieron quedarse en sus viviendas para evitar accidentes, con los pasoleros que andan como "la jon del diablo".
“La llegada del nuevo año se improvisan actividades entre la familia, acompañado de unos cuantos fuegos artificiales”. En el barrio Prosperidad prepararon bien temprano la quema del viejo año con fuego en las esquina de ese sector.
En la parada de Tarea Bus, fue donde se percibió un mayor número de viajeros que querian pasar la llegada del nuevo año juntos a sus familiares. En la parada hacia el Cibao, los choferes aseguraron que “el día fue bueno hoy”.
Fuegos artificiales, suculentos platos y reuniones familiares a la espera del “cañonazo”.
Los afanes para preparar la cena de año nuevo fue desde ayer la preocupación de un alto porcentaje de familias de Bonao, aunque es un menú con menos variedad que el de Nochebuena, pero muy cargado de alegría y a la espera de un año de prosperidad.
Los recursos, pocos o muchos, no son determinantes, sino el apego a las tradiciones.
Un ejemplo fue Miguel Hernández, quien con pocas cosas materiales guarda una tradición que ama. Un poco de arroz, espaguetis y pollo horneado componen la cena de sus familiares.
“Pese a la mala situación económica que vive el país, los días 24 y 31 de diciembre de cada año hacemos esta cena con el objetivo de afianzar los lazos familiares”, explicó.
En familiaPrecisó que cuando suena el cañonazo a las 12:00 de la noche llama por teléfono a sus familiares en el extranjero y sale a felicitar a sus vecinos.
Algunos prefirieron quedarse en sus viviendas para evitar accidentes, con los pasoleros que andan como "la jon del diablo".
“La llegada del nuevo año se improvisan actividades entre la familia, acompañado de unos cuantos fuegos artificiales”. En el barrio Prosperidad prepararon bien temprano la quema del viejo año con fuego en las esquina de ese sector.
En la parada de Tarea Bus, fue donde se percibió un mayor número de viajeros que querian pasar la llegada del nuevo año juntos a sus familiares. En la parada hacia el Cibao, los choferes aseguraron que “el día fue bueno hoy”.
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