
Los jóvenes decapitados fueron identificados como los primos Vladimir Paulino Consuegra y Marcos Figueroa Ferreira, quienes según la uniformada sus muertes se debió a un tumbe de drogas.
Con relación al hecho la policía apresó a cinco personas y persigue activamente a Wellington Ferreras Castillo, alias el “Menor”, para determinar si los oficiales están envueltos en el triple tumbe de drogas. El vocero de la policía, general Nelson Rosario dijo que los dos oficiales y el sargento de la policía están presos por la primera muerte, que fue lo que motivo que sucediera el segundo asesinato. Los policías acusados de cometer sendos asesinatos pertenecen al departamento antinaróticos de la institución policial.
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