Escrito por: Cholo Brenes
Hace mucho tiempo quisimos establecer la diferencia entre periodistas y cronistas, para mejor entender. Tal como su asociación los llama, los que se dedican a escribir sobre el arte son cronistas, realizan crónicas del espectáculo y de la rueda de prensa a la cual asisten. No son periodistas. El periodista exige mucho más de quien lo ejerce, necesariamente tiene que plantear lo que ve y oye con todo el concepto profesional a lo cual se acerca. Cronistas podrán ser muchos, periodistas seguramente son pocos. Los periodistas investigan, analizan. Los cronistas copilan y redactan, no investigan, ni analizan.
Recién hemos leído que Acroarte comenzó hacer las clásicas reuniones evaluativas del trabajo artístico del presente año. ¿No sería mejor que ellos se evaluaran a sí mismo con espíritu crítico y desprovisto de todo mal manejo en su quehacer diario? ¿Cómo puedo yo juzgar lo que otro realiza? Primero yo debo analizarme de lo que hago.
Hay un desarrollo honesto, sincero, con el ánimo de evaluar y exaltar los valores en nuestro arte popular, somos sencillamente decidores de cosas intrascendentes o damos un paso más adelante.
Estas preocupaciones ya no son solamente nuestra, la leo en varios blogs y páginas, y eso así porque los que se acercan a la cultura popular lo están exigiendo cada día más. Ya tenemos casi cuatro años escribiendo y nuestra posición no ha variado un segundo. Pudimos y podemos equivocarnos, pero no nos refugiamos en falsas posiciones para justificar la de otros. Relaciones públicas, es parte de un trabajo periodístico. Pero tiene que ser un trabajo digno.
Buscan algunos porque son efectivos, porque son buenos, porque colocando en su dimensión exacta nos da la imagen de lo que sus clientes son.
El problema es que algunos relacionadores públicos pierden el ejercicio serio de su trabajo y se convierten en lambones de turno. Cuando se lambe a quien hacemos el trabajo, no hacemos más que eso, lamber.
Son algunas ideas que me parecen interesantes proponerlas. No intentamos destruir. Intentamos reformar y fortalecer lo existente. Ojalá nos entiendan. Si tienen la capacidad para ello... Todavía hay tiempo.
Hace mucho tiempo quisimos establecer la diferencia entre periodistas y cronistas, para mejor entender. Tal como su asociación los llama, los que se dedican a escribir sobre el arte son cronistas, realizan crónicas del espectáculo y de la rueda de prensa a la cual asisten. No son periodistas. El periodista exige mucho más de quien lo ejerce, necesariamente tiene que plantear lo que ve y oye con todo el concepto profesional a lo cual se acerca. Cronistas podrán ser muchos, periodistas seguramente son pocos. Los periodistas investigan, analizan. Los cronistas copilan y redactan, no investigan, ni analizan.
Recién hemos leído que Acroarte comenzó hacer las clásicas reuniones evaluativas del trabajo artístico del presente año. ¿No sería mejor que ellos se evaluaran a sí mismo con espíritu crítico y desprovisto de todo mal manejo en su quehacer diario? ¿Cómo puedo yo juzgar lo que otro realiza? Primero yo debo analizarme de lo que hago.
Hay un desarrollo honesto, sincero, con el ánimo de evaluar y exaltar los valores en nuestro arte popular, somos sencillamente decidores de cosas intrascendentes o damos un paso más adelante.
Estas preocupaciones ya no son solamente nuestra, la leo en varios blogs y páginas, y eso así porque los que se acercan a la cultura popular lo están exigiendo cada día más. Ya tenemos casi cuatro años escribiendo y nuestra posición no ha variado un segundo. Pudimos y podemos equivocarnos, pero no nos refugiamos en falsas posiciones para justificar la de otros. Relaciones públicas, es parte de un trabajo periodístico. Pero tiene que ser un trabajo digno.
Buscan algunos porque son efectivos, porque son buenos, porque colocando en su dimensión exacta nos da la imagen de lo que sus clientes son.
El problema es que algunos relacionadores públicos pierden el ejercicio serio de su trabajo y se convierten en lambones de turno. Cuando se lambe a quien hacemos el trabajo, no hacemos más que eso, lamber.
Son algunas ideas que me parecen interesantes proponerlas. No intentamos destruir. Intentamos reformar y fortalecer lo existente. Ojalá nos entiendan. Si tienen la capacidad para ello... Todavía hay tiempo.
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