El lugar no podía ser más adecuado para que El Torito ”brincara la cerca” como siempre hace. Lo pusieron nada más y nada menos que en una plaza de toros…con un torero muy popular de frente que falló en el intento.
Estaba él en sus aguas, y por ello repartió ”cornadas musicales” a diestra y siniestra contra su oponente del vallenato, ritmo con el que se midió en el concierto denominado “Bachata contra Vallenato”, en un singular mano a mano” con Luis Mateus y David Rendón, denominados la Nueva Generación del Vallenato.
Estaba él en sus aguas, y por ello repartió ”cornadas musicales” a diestra y siniestra contra su oponente del vallenato, ritmo con el que se midió en el concierto denominado “Bachata contra Vallenato”, en un singular mano a mano” con Luis Mateus y David Rendón, denominados la Nueva Generación del Vallenato.
En ese debate, montado sobre la base de la principal figura del vallenato en Guayaquil, y en la Cuenca andina, así como el más popular del género de la bachata en la misma zona, nuestra música salió airosa.
No solo porque a Héctor Acosta le tocó la parte estelar del cierre, sino porque en base a sus canciones tocó más a fondo el sentimiento de las millares de personas que acudieron a presenciar el debate musical entre los dos géneros musicales de más arraigo en la región.
Esta ciudad, la tercera en importancia en Ecuador, se rindió a los pies de un toro a quien lanzaron a un terreno donde a quien le buscaron como ”matador” no pudo en la corrida ”clavarle” siquiera una solo ”banderilla”. Por el contrario, salió de la plaza con una tremenda ”cornada musical” que de seguro ameritó de una seria ”intervención quirúrgica”. El Torito hizo ostentación de su estirpe taurina, despachándose a su antojo en aquel corral a casa llena, donde la multitud ecuatoriana le demostró con su entusiasmo y canciones que es su favorito en el género de la bachata, interpretando desde el principio hasta el final, cada una de las piezas de su repertorio.
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