
JIMANÍ.- Este tranquilo pueblo fronterizo se ha convertido desde el martes en un ir y venir de vehículos que transportan heridos, periodistas y delegaciones internacionales.A cada hora sobrevuelan helicópteros que hacen vibrar las mesas y enseres de las casas. La profesora Danny Matos, quien tiene 44 años residiendo en aquí, dice que las personas no duermen tranquilas por temor a que los presos que se escaparon de las cárceles que colapsaron Puerto Príncipe penetren a sus residencias si es que han logrado cruzar la frontera. Narró que los helicópteros que sobrevuelan la zona los tienen nerviosos a todos, en especial a los niños. Agregó que al momento del terremoto el pasado martes alrededor de las 6:00 de la tarde, estaban bajando la bandera en la escuela básica Leonor Novas y sintieron el fuerte temblor, inclusive debido a la situación de la localidad, donde esta uno de los centros asistenciales en donde atienden a la mayoría de los heridos que trasladan desde Haití, los estudiantes no fueron a clases el día de hoy. La señora Olga Díaz, quien tiene 68 años viviendo en Jimaní, dijo que del impacto que recibió cuando sucedió la tragedia se enfermó del estomago y quiso recurrir al centro asistencial de esta localidad pero no pudo porque está desbordado de pacientes haitianos. Los negociantes han sido unos de los beneficiados con la venta de refrescos y almuerzos, especialmente un centro de Internet donde están conectándose muchos periodistas corresponsales de sus respectivos medios de comunicación. Muchos periodistas se comunican en diferentes idiomas con sus jefes, por lo que en un mismo punto se escuchan personas hablando español, inglés, mandarín, francés, entre otros. Se observa cómo los haitianos que residen en República Dominicana están saliendo fácilmente hacia Haití, pero según el Departamento Migratorio los controles fuertes están cuando ellos intentan regresar.
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